El juego que paraliza al mundo

AutorEugenio Guzmán, Salvador Cisneros y Alberto Ramírez

El Súper Tazón no sólo es un juego de futbol americano: es un megashow que está, por supuesto, rodeado de mucha polémica.

Las estrellas de esta fiesta brillan en tres niveles: en el emparrillado, con los jugadores; con explosivos números musicales en el medio tiempo; y más allá del juego, con las jugosas cantidades de dólares que cobran las cadenas a cada anunciante.

Hoy en la noche se juntan el deporte, el circo y el negocio, ¿existe un evento mediático más completo que éste?

PERSONALIDADES

El viejo, el bueno y el mudo

Hay tres jugadores clave que por sus características hay que ponerles la lupa esta noche

RUSSEL WILSON

Esta temporada Wilson ha guiado a los Halcones Marinos de Seattle a un Súper Tazón, fiesta en la que no estaban desde el 2006.

Junto a la confianza que tiene en sus talentos, el quarterback de 25 años tiene una fe en Dios que no se guarda.

En una entrevista concedida a la CBS dijo haberse convertido en la adolescencia luego de soñar a Jesús.

"Tuve un sueño en el que mi padre había muerto y entonces Jesús vino a mi cuarto y prácticamente tocó a mi puerta para decirme: 'Hey, necesitas encontrar más sobre mi allá afuera'".

Seis años después de ese sueño su padre murió de complicaciones con diabetes.

Wilson se casó con su novia de muchos años, Ashton Meem, el 14 de enero del 2012 y no tiene escándalos.

Si esta noche gana entrará en el cuadro de honor de los pasadores campeones más jóvenes.

En la historia de los súper tazones, es Ben Roethlisberger quien se ha coronado a más tierna edad, pues tenía apenas 23 años cuando guió a los Acereros de Pittsburgh al campeonato en el Súper Tazón del 2006.

Cuatro años antes de esto, un Tom Brady de 24 años ganó con los Patriotas de Nueva Inglaterra la final disputada en febrero del 2002 contra los Carneros de San Luis.

Joe Montana y Joe Namath fueron campeones a los 25 años, el primero con San Francisco en 1982 y el segundo con los Jets de Nueva York en 1969.

MARSHAWN LYNCH

Con sus piernas es rapidísimo, pero con su boca es lento, muy lento.

A Lynch, corredor de Seattle, a quien además de sus yardas recorridas lo distingue su nula colaboración con la prensa, sencillamente no le gusta hablar ante cámaras y micrófonos.

Su hermetismo es tal que la NFL le impuso una multa a principios de enero de 50 mil dólares por no hablar con los medios durante la temporada regular.

El jugador se salvó de pagar esta penalidad asistiendo -casi obligado- el miércoles pasado al Día de Prensa del Súper Tazón...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR