Juan Ciudadano/ La tecnología del subdesarrollo

AutorJuan Ciudadano

El atentado contra el Gobernador Patricio Martínez es un ejemplo más de cómo la difusión errática y poco transparente de información es el primer obstáculo para saber qué ocurrió y tratar de entender los móviles del crimen.

En primer lugar, han abundado las declaraciones contradictorias entre las partes involucradas y muy pocos documentos que respalden estas palabras.

Entre otras cosas, las autoridades de Chihuahua no han mostrado un parte médico oficial y completo que deje claro y sin lugar a dudas cómo fue la herida y qué tan grave fue.

En un lapso de 48 horas, los médicos reportaron tres diferentes versiones de la herida:

Inicialmente, después de la intervención quirúrgica en Chihuahua, se manejó que la bala entró y salió por la parte izquierda de la cabeza sin tocar partes vitales.

Varias horas después, se reveló que la bala se fragmentó al tocar el cráneo, pero que las esquirlas no penetraron al cerebro.

Dos días después, luego de la sorpresiva operación en Phoenix, resultó que la bala entró por la derecha, que sí había perforado al cráneo y que las esquirlas sí habían entrado al cerebro.

Las autoridades tampoco han mostrado hasta ahora el expediente policiaco, laboral o siquiátrico que avale sus declaraciones de que en 1997 la agresora perdió su trabajo en la Policía Judicial de Chihuahua por problemas de violencia y agresión y que, efectivamente, había atacado a su entonces esposo.

Lo único que hay es la palabra de las autoridades y muchas especulaciones, pero ningún registro escrito de estas aseveraciones.

Pero eso sí, a las primeras interrogantes de los medios sobre qué declaró la agresora y qué datos habían recabado las autoridades sobre el ataque, la respuesta fue que era una "investigación secreta".

O sea: ni pregunten.

El desarrollo científico y tecnológico en México envuelve grandes paradojas.

Existe un amplio consenso acerca de la importancia de la investigación, pero nadie tiene los elementos de información para evaluar el buen uso de los recursos destinados a ello.

Nos preocupa la "fuga de talentos", pero no hay quien pueda dar aproximaciones sobre el tamaño del fenómeno.

Aceptamos, por lo menos implícitamente, la necesidad de financiar posgrados costosísimos en el extranjero, pero no tenemos derecho a exigir conocer las tesis de quienes estudiaron con nuestros impuestos.

La semana pasada, Jaime Parada Avila fue nombrado director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Como el resto de los altos funcionarios que...

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