Juan García de Quevedo / Marcha, plantón y silencio

AutorJuan García de Quevedo

La nacionalización del petróleo significó que fuera la palanca siempre estable y dispuesta a formar el desarrollo de la Nación. También era una forma de crear un sector empresarial con grandes utilidades y que dicho sector siguiera con la costumbre de no pagar impuestos. El petróleo nacionalizado o estatizado era la garantía de buenos negocios para los empresarios, con un mercado interno cautivo y sobreprotegido que ni pagaba impuestos ni competía contra nadie. Lo mismo sucedió con la electricidad y los ferrocarriles.

Pero el mundo cambió de una manera radical y podemos poner como un buen ejemplo el antiimperialismo como fórmula retórica de presentarse a sí misma la clase política de aquel entonces; luego vino el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá y evidentemente la retórica tuvo que modificarse, también de forma radical. De la nacionalización de la banca a su privatización, donde fueron pocos los ganadores y muchos los perdedores, hasta que nuestro sistema de pagos se extranjerizó. El capital financiero se mundializó y la rapidez con que marcharon economía y conocimiento fue tal que sólo los más astutos, los mejor informados, lograron pasar del asombro a la nueva realidad. Con el petróleo nos encontramos como en los tiempos de la conquista: no tenemos los conocimientos ni las técnicas para extraerlo a grandes profundidades y menos para estructurar ese procesamiento que le agrega un valor infinito al crudo. Sí, el petróleo es nuestro pero en forma invisible, inasible, y por tanto es necesario que vengan la ciencia y la técnica extranjeras para hacerlo visible y real. La ciencia y la técnica extranjeras vienen a hacer negocios y buenos negocios, esto es evidente, y pensar de otra manera sería una verdadera ingenuidad. Negocios son negocios, ellos ponen la estructura técnica y nosotros nuestra riqueza petrolera. La lección la está viviendo el mundo entero: el conocimiento es la fuente de toda riqueza de este tiempo. Sin conocimiento se es pobre porque siempre se negociará con grandes desventajas. Y si a todo ello agregamos un Estado débil, nuestro destino es difícil verlo con gran optimismo.

La pobreza es ausencia de...

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