Juan García de Quevedo / España y Cataluña

AutorJuan García de Quevedo

Siempre he pensado que el hombre pertenece a la gramática que habla. Se es catalán no por nacer en Cataluña, sino por tener como lengua madre el catalán. Y así los vascos, los gallegos y castellanos. Los catalanes siempre han hablado del famoso "hecho diferencial", es decir, que una cosa es ser español y otra catalán. La armonía entre Madrid y Cataluña nunca se ha dado de forma completa, siempre existen diferencias, abismos, hasta llegar al día de hoy cuando ya francamente se está a un pie del precipicio, de la ruptura, de la fractura.

Para los catalanes, los españoles representan las corridas de toros, el cante, el baile y la guitarra flamenca; en fin, los catalanes tienen muchos años sintiéndose más cerca de la moderna Europa que de España. Ahora, con la crisis, este sentimiento se profundiza y no quieren saber nada más de España. Claro, ésta es una porción de catalanes, que no creo que sea mayoritaria, pero sí muy significativa.

Por otra parte, el partido Esquerra Republicana, independentista, de ser minoritario pasó a constituirse en una fuerza mayor y con un gran poder dentro del Gobierno catalán. Es decir, el país plural, plurilingüístico y muchos dicen que pluriétnico, está desgarrándose por dentro.

Muchos opinan que esto es solamente una estrategia-trampa para que Madrid dé a Cataluña más recursos, pero en mi corta experiencia en Cataluña, algo me dice que no, que es un sentimiento hondo y profundo eso de ser antes que nada catalán y mucho después español.

El desafío catalán al Estado español tiene sus grandes méritos, aun siendo una propuesta imposible jurídicamente y dentro del marco de la Unión Europea, y el más importante de todos es que el Tribunal Constitucional le obligue a estar donde no quiere estar, porque esto es una forma de revitalizar el antiespañolismo y una de las condiciones esenciales de la democracia, que es el voto.

Por otra parte, el Rey y la Casa Real como elementos cohesionadores de España ya no tienen la respetabilidad de antes, entre otras cosas por los negocios sucios a los que es tan aficionado el yerno del Rey. También debemos recordar que el único partido realmente monárquico desde sus orígenes, su nacimiento y su historia, es el Partido Popular. Porque, dígase lo que se diga, Don Juan Carlos fue impuesto por Franco, y España no tiene una tradición monárquica como Inglaterra, de tan fuerte calado. En el siglo 19 y en el 20, España se debate en ideas republicanas, socialistas y anarquistas que chocaban...

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