Nosotros los jotos / Visita a la Condesa Iztapalapa

"Lentejitas" sonó muy tierno cuando Andrea Luna me recitaba el menú del día que serviría el Comedor Comunitario Condesa Iztapalapa. Por $10 pesitos habría también arroz y albóndigas o tortitas de espinaca con atún.

El comedor no opera, como era la ilusión de Andrea, dentro de la Clínica Condesa Iztapalapa "Bernardo Sepúlveda Amor", especializada en VIH/sida, que se ubica en la avenida Combate de Celaya, sino a pocos metros en una callecita enfrente, la Segunda de Francisco Rivera, de la colonia Unidad Habitacional Vicente Guerrero.

"Pero al menos con el nombre ligamos el comedor a la clínica", me dijo con entusiasmo en una visita que realicé el 22 de enero para escribir un artículo por los tres años de operación de esta sucursal de la Clínica Condesa de Benjamín Hill, en la colonia Condesa que le da nombre (donde yo me atiendo).

El localito que ocupa el comedor, una cochera en realidad, no cumple con los metros cuadrados que exige el Programa de Comedores Comunitarios de la Secretaría de Desarrollo Social, pero Andrea es "terca" y se obstinó hasta conseguir su propósito porque así como puede sonar tierna al decir "lentejitas", es dueña del hablar seguro de esas mujeres transgénero que salen adelante del rechazo familiar, la discriminación y la violencia al ejercer, a falta de otra opción, el trabajo sexual.

"Ahorita regreso ya con las compañeras para comer", advirtió a su equipo de dos cocineras y una ayudante, y a mí me aclaró: "No toda la gente que viene a la clínica o al hospital del IMSS (el General de Zona número 47, a unos 300 metros) puede pagar los diez pesitos, pero igual les damos de comer".

De apellidos González Rodríguez, Andrea también se llama la directora ejecutiva del Centro para la Prevención y Atención Integral del VIH/Sida de la CDMX, del cual depende esta clínica de Iztapalapa, inaugurada el 30 de noviembre de 2015, y la "Condesa Condesa", que abrió el 20 de enero de 2000.

"La población que apareció en Iztapalapa es más vulnerable que las poblaciones de la Condesa", me contó mi querida Andrea González, "empezaron llegando personas con menores ingresos, la proporción de mujeres es mayor acá (en Iztapalapa) que allá, y el grupo trans de aquí es de nivel socioeconómico más bajo en general".

Las compañeras de Andrea Luna son 15, pertenecen a un grupo de apoyo de personas transgénero, con y sin diagnóstico positivo de VIH, y pasaron la mañana en un taller de empoderamiento, impartido en uno de los amplios salones de la...

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