Josefina Leroux / #YoSoy30mil+1

AutorJosefina Leroux

A partir del movimiento estudiantil #YoSoy132 para protestar por el control mediático del PRI en las elecciones del 2012, se ha replicado esta original forma de denuncia que tanto llamó la atención de la prensa, incluso internacional.

Ahora es el caso del grupo de médicos #YoSoy17, que surgió a raíz de la orden de aprehensión dictada contra 16 médicos del IMSS acusados por homicidio culposo en la muerte del menor Roberto Gallardo, de 15 años, quien murió después de 55 días de hospitalización en Guadalajara, donde ingresó por una crisis asmática en 2009 y una tuberculosis intestinal no detectada a tiempo.

El movimiento de médicos abarca ya más de 50 ciudades del País, en solidaridad con los acusados, pero también para detener el acoso del que pudieran ser objeto en el caso de un error o un resultado desafortunado.

Los médicos repiten: "No somos dioses, no somos criminales". Y aclaran que no encubren negligencias para las que piden procesos jurídicos justos.

Los integrantes del #YoSoy17 sostienen que las quejas de los pacientes y su inconformidad por los tratamientos recibidos nacen de una falta de comunicación, antipatías o la ignorancia de los efectos secundarios y riesgos de algunos tratamientos.

Pero en entrevistas sobre el tema, doctores y enfermeras de hospitales públicos han declarado que trabajan en condiciones adversas, en las que a veces no cuentan con medicamentos, tecnología y ni siquiera el tiempo para cubrir las necesidades de los pacientes, de quienes escuchamos cotidianamente quejas.

Tendrán razón los médicos sobre su intención primaria de ayudar a sanar a sus pacientes, pero los que han estado del otro lado, en hospitales públicos o privados, conocen no sólo las carencias materiales de algunos hospitales, sino también los abusos de poder de los médicos y su falta de empatía. En la Tercera Encuesta de Satisfacción de Usuarios de los Servicios Médicos del IMSS realizada en 2011, el 36 por ciento de la gente dijo haber recibido mal trato.

En otros países, en las paredes de los hospitales cuelgan enormes carteles donde se enumeran los derechos de los pacientes, y existe la posibilidad de que le retiren la licencia a un médico por negligencia, mala práctica o falta de ética.

En nuestro país, cuando mucho, las comisiones de arbitraje médico ayudan para que se bonifique por un tratamiento inefectivo o para que se repita la intervención si fue fallida. Pero ¿cuántos...

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