José Woldenberg / Julio Pliego

AutorJosé Woldenberg

En los años setenta y ochenta uno lo veía invariablemente en las marchas, mítines, congresos y asambleas. Cargando sus cámaras de cine y fotografía intentaba captar los momentos fundamentales de los acontecimientos, su luz y su color, los dichos y los hechos. Alto, flaco, con el cabello encanecido, Julio Pliego era una presencia constante en los rituales de la izquierda de entonces. Nadie como él tenía la conciencia y la urgencia de aprisionar esos momentos cuyo tejido acaba conformando la historia. Nadie como él tuvo la paciencia y el espíritu emprendedor para confeccionar el más completo archivo fílmico de las luchas y acciones de la izquierda mexicana.

Filmaba, fotografiaba y grababa. Y no parecía tener prisa por editar, por convertir al material en película(s). Alguna ocasión, en plan de broma, Pablo Pascual le dijo: "Ya, Julio, ponle rollo a tus cámaras". Y por supuesto Julio nada más sonrió. Apacible, de inmejorable trato, respetuoso, trabajador, fue un hombre que de manera natural concitaba afectos. Como dijo Carlos González Morantes en el velorio: "No conozco a nadie que hubiese hablado mal de Julio". Porque en efecto, su manera de ser -correcto, tranquilo y cálido- le ganó siempre el respeto y la admiración de amigos y compañeros.

Julio fue una especie de guardián de la memoria. Sabía que ella es imprescindible para la comprensión del presente y para que los afanes por construir el futuro no sean triviales utopías. Quería contribuir a que el pasado no se desvaneciera por completo y luchó por que a través de sus testimonios filmados y fotografiados pudiésemos conservar algo del aliento que presidía los esfuerzos y movilizaciones de sindicatos, corrientes, grupos y partidos. Y lo logró.

Hasta el último momento trabajaba con dedicación y sentido de responsabilidad. Había iniciado una serie para TV UNAM que debía recoger los episodios más significativos de la izquierda mexicana de las últimas décadas. De los que me acuerdo, y que ya habían sido terminados y transmitidos: una larga conversación con el legendario líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo, luego que éste había dejado la cárcel de Lecumberri en 1971, después de más de 11 años de reclusión. En esa entrevista Vallejo narra y analiza las huelgas que cimbraron al sindicalismo ferrocarrilero y al país en 1958-59. Un segundo programa era un monólogo de Paquita Calvo donde narra los sucesos que la llevaron a la guerrilla y a crear el Frente Urbano Zapatista en los primeros años...

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