José Luis Luege Tamargo / Agua, emergencia nacional

AutorJosé Luis Luege Tamargo

La grave crisis de falta de agua para la población de Monterrey, debe tomarse como un aviso de alarma para todo el país.

La sequía del año pasado dejó a muchas presas del norte de México con niveles muy bajos. Entre otras, las tres principales que abastecen el 50% del volumen requerido en la Zona Metropolitana de Monterrey.

Las presas de La Boca y Cerro Prieto, están por debajo del 4% de su capacidad y la más importante, El Cuchillo, tiene comprometido parte de su volumen para riego agrícola en Tamaulipas.

Además del abastecimiento de agua superficial, Monterrey cuenta con pozos profundos, galerías filtrantes y un manantial muy importante, La Estanzuela.

No pretendo minimizar la crisis que se vive en Monterrey y que afecta a 6 millones de habitantes, sino decir, que hay muchas más ciudades y regiones de México, con mayor riesgo y vulnerabilidad frente a la falta de agua.

Aguascalientes depende 100% de su acuífero que se encuentra en un grado crítico de sobreexplotación; León, Guanajuato, igual y recientemente se canceló el acueducto del Zapotillo, imprescindible para el futuro de la ciudad. Podemos hablar de toda la región del Bajío, de La Laguna, de la región centro norte y finalmente la ciudad más vulnerable a una crisis inimaginable de falta de agua por pérdida de sus acuíferos, es la Ciudad de México y su Zona Metropolitana (ZMCM), con 22 millones de habitantes.

El 70% del abastecimiento de agua de la ZMCM proviene de sus acuíferos, que se encuentran en un nivel extremo de sobreexplotación, con una extracción cuatro veces mayor a su capacidad de recarga y un abatimiento anual de dos metros.

Esta grave situación provoca uno de los fenómenos de subsidencia más graves en el mundo, con hundimientos de hasta 40 centímetros por año en la zona oriente de la ciudad.

Se requiere cambiar radicalmente la política del agua en el país, con visión de cuenca y de más largo plazo. Tecnificar al máximo el riego agrícola, a los organismos operadores municipales y el uso industrial, bajo los siguientes criterios:

Establecer políticas de cuidado y uso racional del agua; instalar medidores en todas las tomas domiciliarias, comerciales e industriales y promover el cobro equitativo en todos los casos, respetando las tarifas autorizadas. Al mismo tiempo, continuar las campañas en medios de comunicación para evitar el desperdicio y mal uso del agua.

Mantener un programa de...

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