Jorge Volpi / Guerras en la Red

AutorJorge Volpi

El 5 de junio de 2013, los periódicos The Guardian y The Washington Post comenzaron a publicar los documentos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que les habían sido confiados por uno de sus antiguos empleados, el hoy célebre Edward Snowden. Unas semanas después, el incidente había provocado una avalancha diplomática al demostrarse que Estados Unidos había espiado a los dirigentes de sus principales aliados, como Francia, Gran Bretaña, España o México. Pero serían dos mujeres, la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quienes expresarían de manera más tajante su indignación.

Durante su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas, en septiembre pasado, Rousseff declaró: "Entrometerse de esta manera en los asuntos internos de otros países constituye una violación del derecho internacional y una afrenta a las principios que deben guiar las relaciones entre ellos, en especial entre naciones amigas". Y añadió: "Como muchos latinoamericanos, yo he luchado contra el autoritarismo y la censura y no puedo sino defender [...] el derecho a la privacidad de los individuos y la soberanía de mi país".

A partir de entonces, la presidenta brasileña ha querido convertirse en la voz más crítica no sólo del espionaje indiscriminado de la NSA, sino del control que Estados Unidos -y sus empresas tecnológicas- ejercen sobre la Red. Aunque después de ello la administración Obama ha intentado corregir los excesos y ha pedido disculpas por doquier, Rousseff no dudó en aprovechar la ocasión para convertir a su país en el líder de quienes se oponen a la hegemonía estadounidense en el mundo cibernético.

La celebración de NETmundial, el principal foro para la gobernanza planetaria de la Red, en São Paulo, los pasados 23 y 24 de abril, ofrecía la mejor oportunidad para que Rousseff y sus aliados pudiesen no sólo defender sus posiciones, sino contribuir a que Estados Unidos y sus corporaciones dejasen de ser los únicos actores relevantes en el manejo de la Red. Centrada en una doble estrategia de política interna y exterior, justo en una época en que su popularidad ha descendido de manera considerable, Rousseff aprovechó la ocasión para promulgar la Ley de Marco Civil, pomposamente anunciada como la "primera constitución de internet", que incorpora un buen inventario de derechos de los usuarios y defiende una de las principales demandas de los activistas, la "neutralidad de la Red" que impide la...

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