Jorge Ramos Ávalos / No es lo que Biden prometió

AutorJorge Ramos Ávalos

Deportaciones masivas. Agentes a caballo amenazando con sus riendas a inmigrantes haitianos. Expulsiones de Estados Unidos bajo la excusa del Covid. Impedir las solicitudes de asilo en territorio estadounidense. Obligar a refugiados a esperar meses en México para tener una respuesta a su súplica de protección. Presionar a México para que sea el nuevo muro. Un sistema migratorio basado en la fuerza física y en la contención. Y un proceso de legalización totalmente atorado.

Esto no es lo que había prometido Joe Biden.

Si la administración de Donald Trump se caracterizó por su crueldad con los inmigrantes, por la separación de familias y las imágenes de niños en jaulas, la de Biden le está haciendo competencia. Los videos de agentes de la Patrulla Fronteriza levantando amenazadoramente sus riendas y lanzando sus caballos contra inmigrantes haitianos son vergonzosos. Es increíble que en este 2021 se permitan acciones así por parte de agentes de un gobierno. Pero hay más.

Biden -como Trump- sigue utilizando el llamado Título 42 para expulsar a inmigrantes por razones de salud. De febrero a agosto de este año deportó a más de 690 mil personas con la excusa del Covid. Biden no quiere comparaciones con el expresidente Barack Obama, quien expulsó a más de cinco millones de personas en sus ocho años en la Casa Blanca. Por eso sorprende tanto que, copiando las tácticas de Obama, siga deportando a miles de personas con razones válidas para quedarse.

Lo que vemos es a un gobierno reaccionando, a veces caóticamente, ante las crisis que van surgiendo en la frontera con México. Por ejemplo, fueron tomados totalmente por sorpresa cuando 15 mil inmigrantes, en su mayoría de Haití, se refugiaron debajo del puente internacional de Del Río, en Texas, ya dentro de territorio estadounidense. Y por todos lados están entrando indocumentados sin que haya una política ordenada, consistente y justa para lidiar con ellos.

El mensaje que está llegando a Centroamérica y Haití es claro: Donald Trump ya no está en la Casa Blanca y la frontera está agujereada. Se abre y se cierra. Por eso tantos se están arriesgando a ir al norte.

Al final, el hambre y el miedo se imponen. Es menos arriesgado tratar de cruzar ilegalmente la frontera de México a Estados Unidos que enfrentarse a la hambruna en Guatemala, a la violencia en Honduras y a las pandillas en El Salvador. Y los planes de México y Estados...

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