Jorge A. Martínez / Por un plato de lentejas

AutorJorge A. Martínez

La historia de Jacob y Esaú, que intercambiaron hace 4 mil años un bien futuro, pero valioso (los derechos de hermano mayor) por un bien presente y trivial (una sopa de lentejas) ha sido el arquetipo perfecto del insensato que sacrifica el patrimonio por un goce presente de ínfima cuantía. En nuestra época, el Esaú más cercano es Brasil y Sudcorea es un buen Jacob. Las políticas que se vislumbran en el futuro cercano y la historia reciente nos conjeturan -por más que duela- un México que se pinta más como el primero que hacia el exitoso camino que ha caracterizado a Corea del Sur desde los años 60, pero especialmente de la crisis asiática de 1997 hasta hoy. A continuación veremos por qué.

En varias ocasiones se ha comentado en esta columna el caso de Brasil (ver, por ejemplo, "La Liebre y la Tortuga", del 28 de febrero del 2012) como uno del que hay que aprender errores, y sobresale, ahora que se ha terminado el ponche para ellos, que las políticas de incentivo al crédito de consumo para apoyar a la pujante clase media de la nación llevaran a que se duplicara éste del 2004 al 2010 y el crédito para adquirir autos en particular casi se cuadruplicara. Esto trajo como consecuencia una inflación de más del 6 por ciento anual, una política monetaria que ha tenido que ser restrictiva en la demanda, con aumentos en la tasa de interés casi hasta llegar a los dos dígitos y una dinámica de la actividad económica muy pobre. De hecho, Brasil había tomado una estrategia macroeconómica muy arriesgada: fijar un objetivo de crecimiento y manejar la inflación resultante con cambios en las tasas de interés y el tipo de cambio (contrario a la convención de poner un objetivo de inflación y apoyar el crecimiento resultante con la política monetaria), resultando en adelantar el goce que el futuro traería (tal como hizo Esaú) a cambio de pagar con menores crecimientos como se ha vivido ya, y se espera también para los próximos años. Los críticos hubieran querido ver una política que incentivara más bien la construcción de infraestructura y la profundización de la capacitación y la base educativa, tan retrasada en Brasil, situación que los hace...

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