Jorge Alcocer V. / Cuadrar el rombo

AutorJorge Alcocer V.

Al entregar este artículo tengo la duda de si hoy será posible convocar a periodo extraordinario de las cámaras del Congreso para conocer y votar los dictámenes de leyes electorales. Hasta el viernes de la semana pasada el enredo era superlativo, a grado tal que los negociadores en el Senado reportaban un avance menor al 50 por ciento en los artículos de una de las leyes generales, la de Instituciones y Procedimientos Electorales. Les faltaba analizar la de partidos políticos; la reglamentaria de la propaganda gubernamental; derecho de réplica; candidaturas independientes; medios de impugnación, orgánica del Poder Judicial de la Federación y un largo listado de otras leyes con adecuaciones impostergables.

El gobierno y su partido son víctimas de sus propios actos: concedieron poner de cabeza el sistema electoral a cambio del voto del PAN para la reforma petrolera y eléctrica; ahora padecen el problema de las dos tortas. No hay leyes electorales, y las energéticas, que abrirán las puertas al capital privado, sobre todo del extranjero, fueron enviadas al Congreso tarde y mal.

La incapacidad del gobierno para procesar las iniciativas electorales ha sido evidente. Los textos que revisa el Senado son un amasijo de normas copiadas de las leyes vigentes, a las que se suman, de manera contrahecha, las que darían lugar a la aplicación de las reformas constitucionales. La dispersión normativa es la regla, con sus consecuencias negativas en todos los ámbitos tocados por esas leyes. El descuido en el rigor jurídico, en la técnica legislativa y también en la más elemental lógica operativa, es de antología. De aprobarse las iniciativas conforme a los proyectos de decreto, los consejeros del INE tendrán que cuadrar el rombo a través de reglamentos.

Cabe preguntar si en 12 años, fuera de Los Pinos, el priismo perdió a sus cuadros de gobierno más capacitados, o si los tolucos, al apoderarse de casi todo, pagan la curva de un aprendizaje para el que no tienen tiempo. Toda esta página sería insuficiente para dar cuenta de los dislates, contradicciones y yerros contenidos en las propuestas de leyes escritas en las oficinas presidenciales. Una parte se explica por la novatez, otra por los intereses y cambalaches.

La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), la más importante de las que están a debate en las comisiones del Senado, requiere numerosos ajustes. Sus autores copiaron y corrigieron el actual Cofipe, para luego agregarle...

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