Jazz de tradición y juventud

AutorErika P. Bucio

El trompetista Marcus Printup, activo en la escena neoyorquina del jazz desde 1993, reclutó a un puñado de músicos jóvenes para grabar con ellos su más reciente álbum Young Bloods.

"Adoro tocar con músicos más jóvenes porque hay algo en su espíritu, una energía positiva que se añade a mi creatividad, responde vía telefónica desde Torreón.

Alaba la frescura de estos músicos, todos veinteañeros, y por eso llamó al disco Young Bloods (Sangre fresca). Printup, de 49 años, es el tipo de líder que otorga libertad a sus músicos para llevarlos a su más alto nivel creativo.

"En los 50 y 60, Miles Davis tenía a John Coltrane, a Herbie Hancock y Wayne Shorter en su banda, todos grandes músicos, y jamás les dijo cómo tocar, simplemente les dio la oportunidad de tocar y crecer. Eso es lo que me propongo hacer y, al mismo tiempo, yo también crezco, dice.

Creció en los años 70 y, antes de escuchar jazz, se entretenía oyendo a Stevie Wonder, Marvin Gaye, Michael Jackson, la música pop de aquella época, y el gospel, pues sus padres eran cantantes en la iglesia bautista.

Incluyó en Young Bloods uno de sus himnos favoritos: How Great Thou Art. "Todo lo que toco tiene la influencia del gospel. No puedo evitarlo.

Es consciente de que la cultura se mueve con los tiempos. Los jóvenes hoy escuchan hip hop y rap y eso influye, dice, en su manera de tocar.

"Pero, si se quiere ser jazzista, hay que entender la tradición. Es la suma de la tradición y aquello con lo que has crecido, sentencia.

Trompetista de la Jazz at Lincoln Center Orchestra de Wynton Marsalis desde 1993, ha visitado México no menos de cinco veces. Ahora viene con su quinteto al ciclo NY Jazz All Stars en el Centro Cultural Roberto Cantoral, mañana a las 20:30 horas.

Para usted, ¿qué músicos representan lo mejor de esta tradición?

Empezaría con Louis Armstrong que no sólo es jazz sino que personifica la vida. Cuando toca, cuando canta hay algo que cobra vida en su música y todo el mundo alrededor puede sentirlo.

Y esa es mi meta como jazzista: conmover al público. Mi trabajo es hacer que la gente se sienta respecto a la música y la vida como yo: expresándome y viviendo.

En su disco Homage...

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