Javier Livas / Ridículo presidencial

AutorJavier Livas

El Presidente dijo: "Claro que sí estoy metiendo mano en las elecciones. No puedo ser cómplice del fraude electoral".

La reacción del público ante la intromisión y confesión expresa del Presidente fue contundente en su rechazo, una incredulidad que se tornó en mayor indignación.

Por una parte, el Presidente actúa como si tuviera la última palabra en materia electoral. O sea, está invadiendo funciones del INE, que es un organismo ciudadano y autónomo.

Por otra parte, está actuando como fiscal, otra función que por ley está separada de las facultades presidenciales. La FGR es autónoma, pero Andrés acusó y ya sentenció.

En pocas palabras, Andrés se vio totalmente autoritario a más no poder. Adicionalmente, resultó ignorante de las leyes electorales y más ignorante aún de la realidad.

Ciro Murayama, encargado del INE de todo lo relativo a financiamientos, aclaró que los tribunales electorales han determinado que la entrega de tarjetas con promesas no constituye un delito. Y por otra parte, no sólo el PRI de Adrián reparte las tarjetas-monedero, también Clara Luz, de Morena, y otros.

Estamos en presencia de un gran ridículo presidencial que trascendió nuestras fronteras. Adrián se fue de volada a protegerse con la cobija de la OEA, organismo ante el cual yo litigué contra la famosa Ley Fraude en 1987, y del cual puedo asegurar que le importa verdaderamente un bledo la democracia.

Sin embargo, Adrián no pudo desperdiciar la oportunidad de la "photo-op" para hacerse publicidad, buscar blindarse contra la persecución de Andrés, y de paso en forma contorsionada tratar de encuadrar todo con un lógica obtusa para decir que el verdadero candidato de Andrés es Samuel García.

De acuerdo con Adrián, Samuel está siendo indagado en falso para justificar la persecución en su contra. A ver, entiéndanle a eso. Todo inicia con Andrés.

Todo este enredo ha sido creado por el exabrupto presidencial de que él es muy macho y no le importa si al INE no le cae bien su intromisión en las elecciones. Andrés nos va a salvar. Pero quién nos salvará de él es otro problema muy distinto y mucho más importante.

Aun cuando no hubiera delito, aun cuando bien o mal todos los partidos incurren en esto de las promesas condicionadas y tarjetas sin dinero, la preocupación crece ante un Presidente ignorante, desconectado de la realidad, pero eso sí, que se cree en una misión superior.

Porfirio Muñoz Ledo me frenó cuando yo le dije que Andrés no está en sus cabales. Sin embargo, dio...

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