Javier González Garza / De nuevo los jóvenes

AutorJavier González Garza

Faltan 35 días para la elección presidencial, para algunos es mucho tiempo y están sucediendo muchas cosas que modifican la arena electoral.

La violencia, el desempleo y la corrupción continúan en el país. El Ejército y la PGR detuvieron a cuatro Generales, existe información de que se investiga a 34 militares más. Ante la falta de información puntual por parte de las autoridades, nos enteramos en medios de comunicación de filtraciones que sostienen que han sido implicados por testigos protegidos y ya sabemos la mala calidad de las acusaciones que se han sustentado de esta forma.

Recientemente nos enteramos de las acusaciones en contra del ex Gobernador de Tamaulipas Tomas Yarrington por parte del Gobierno de Estados Unidos, pero a algunos no les sorprendió esa información. Detuvieron también al ex Gobernador de Baja California Sur Narciso Agúndez, acusado de peculado. Las denuncias en contra de Humberto Moreira, por los posibles delitos millonarios con recursos públicos del gobierno de Coahuila, también se amplían.

No es que se prejuzgue a esos personajes, pero no sería la primera vez que desde el Gobierno federal, en tiempos electorales, se encarcela a personajes que luego obtienen su libertad. Podemos suponer que en este último lapso, las acusaciones penales para desprestigiar el contrincante político, formarán parte de las campañas electorales.

Pero algo mucho más trascendente está sucediendo en México, algo que trasciende las campañas por su significado y por su exigencia de democratización de la vida política del País: la protesta estudiantil que se desató a partir de la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana.

Como de costumbre, el equipo de Peña quiso asegurar un auditorio a modo e intentaron saturar el recinto con simpatizantes, aun externos a la institución, pero un grupo de estudiantes inconformes logró entrar. Algunas pancartas se expusieron al candidato, y lograron increpar con preguntas a Peña. La reacción de los equipos y simpatizantes de Peña fue acallar y amenazar a aquellos que lograron entrar. La mayoría de los estudiantes quedaron fuera del auditorio, pero también desde ahí expresaban su opinión. Ante las muestras claras de rechazo y el enojo de lo que sucedía al interior, los estudiantes despidieron al candidato con protestas.

Hasta aquí el suceso era sólo una visita desafortunada, pero vino la arrogancia y la descalificación a los estudiantes. Dirigentes nacionales del PRI y del Verde los acusaron...

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