JAQUE MATE / Guantánamo

AutorSergio Sarmiento

"¿Por qué nos odian?... Odian nuestras libertades".

George W. Bush, 20 de septiembre del 2001

NUEVA YORK.- Para muchos en el mundo Estados Unidos fue siempre una potencia benigna. Es verdad que durante la Guerra Fría Washington apoyó con frecuencia a dictadores sanguinarios simplemente porque se oponían al comunismo, pero las violaciones a los derechos humanos de la Unión Soviética le daban al régimen de la Unión Americana un rostro positivo. Estados Unidos podía señalar que era un país de libertades, de garantías individuales y de procesos judiciales, por lo menos en comparación con la URSS y sus satélites.

Por eso ha sido tan brutal el deterioro en el prestigio de Estados Unidos a causa de los abusos cometidos en la prisión iraquí de Abú Ghraib y en la cárcel de Guantánamo. En Abú Ghraib, por supuesto, el gobierno estadounidense puede argumentar que los abusos fueron perpetrados por algunos soldados en lo individual que rebasaron sus instrucciones y facultades. Pero en Guantánamo hemos visto un esquema diseñado para despojar sistemáticamente de garantías individuales a un grupo de personas por ser sospechosas de terrorismo.

Según escribe Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, en un artículo en la revista Foreign Affairs de este mes de mayo, 778 personas han pasado por la cárcel que el gobierno de Estados Unidos estableció en la base naval de Guantánamo. De ellos, alrededor de la mitad, de acuerdo con el ex secretario de Defensa de Estados Unidos Donald Rumsfeld, han sido ya liberados. Quienes han quedado en Guantánamo, según Rumsfeld, son "lo peor de lo peor", los terroristas más peligrosos que han podido capturar las fuerzas de seguridad de Estados Unidos.

Si lo son, sin embargo, no podemos constatarlo. La razón por la cual estas personas están detenidas en Guantánamo es, precisamente, para evitar un juicio justo. Algunos están ahí desde enero de 2002, cuando se abrió esa cárcel, pero ni se les ha enjuiciado ni se les ha permitido un contacto con el mundo exterior. No sabemos realmente si hay pruebas contra ellos o si se les ha detenido por error o por malicia de alguien.

Yo soy el primero en entender que un país puede requerir medidas excepcionales para enfrentar un reto como el terrorismo. La cárcel de Guantánamo fue abierta meses después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 que conmocionaron, y con razón, a Estados Unidos. Pero hay un límite a las violaciones a las garantías individuales que un gobierno puede...

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