Jaque Mate/ Dos países

AutorSergio Sarmiento

El problema no es romper las estructuras, sino qué hacer con los pedazos.

Mafalda

Nueva York.- El sábado pasado se llevaron a cabo dos sesiones de trabajo a la misma hora en el Foro Económico Mundial en Nueva York. Una versaba sobre China; la otra, sobre Argentina.

Estos dos países se han convertido en los ejemplos de éxito y de fracaso más notables en un proceso de desarrollo. China es hoy la muestra que muchos quieren imitar. Argentina, un paria internacional.

En realidad, Argentina cuenta con un nivel de vida muy superior al de China. El año pasado tuvo un producto interno bruto per cápita de más de 7 mil dólares. Aun con el colapso de su economía, este nivel sigue siendo cuando menos de 3 mil 500 dólares y seguramente se estabilizará por arriba de los 5 mil dólares una vez que termine la actual turbulencia. China, en cambio, tiene un PIB inferior a los mil dólares por persona.

Sin embargo, no hay duda de que China va al alza, mientras que Argentina es un ejemplo dramático de un país en vías de subdesarrollo.

Hay quien argumenta que el contraste entre estos dos países demuestra que el marxismo funciona mejor que el mercado. Sin embargo, China dista ya de ser una economía comunista. Según Fan Gang, un importante economista chino, sólo entre el 25 y el 30 por ciento del producto interno bruto chino es controlado por empresas gubernamentales. Esta es una cifra pequeña, incluso en comparación con Argentina o México. Los sectores de la economía que más están creciendo en China, por otra parte, son los que se encuentran en manos de la iniciativa privada.

Hay otros factores que explican mejor por qué China va hacia arriba y Argentina hacia abajo. Aun cuando China ha tenido una tasa de crecimiento de entre 7 y 8 por ciento durante años, ha castigado el consumo y ha mantenido un superávit comercial que le ha permitido la mayor acumulación de reservas internacionales del mundo. La tasa de ahorro en la economía china es de 30 por ciento del producto interno bruto. En cambio, por una política persistente de gasto deficitario, Argentina ha acumulado una enorme deuda pública que poco a poco ha debilitado al Estado.

China tiene, por supuesto, un gobierno autoritario. Los chinos no pueden salir a las calles a protestar a cacerolazos por su bajo nivel de ingresos, como lo hicieron los argentinos a fines del 2001 y principios del 2002 para derrocar a cuatro gobiernos consecutivos. Y esto, sin duda, es negativo. La libertad individual le da sentido a la...

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