Ivaginaria / No erectus...

Es un eterno y machacante problema en el cual los hombres se clavan demasiado: "ayer estaba con mi mujercita y no tuve erección". El pene, por más que lo quieran y lo adoren, no es un ser vivo con existencia propia que toma sus decisiones nomás por la calentura.

Es un órgano que depende del todo, del cuerpo para estar contento, entusiasta, cooperador y sobre todo, duro, a la hora de una relación sexual.

La mayoría de las veces el pene está en condiciones de hacer su trabajo y proporcionarse placer y dárselo a otra persona. Pero también habrá ocasiones en que ande alicaído, tristón, cansado, estresado o enojado, porque no está recibiendo del resto del cuerpo los alicientes y la sangre suficiente para que tenga una erección.

Cuando no se trata de un padecimiento crónico, a todos les sucede alguna vez y es absolutamente normal. Es tan estresante para un hombre estar pensando en los motivos por los cuales no tuvo una erección, que no se da oportunidad a sí mismo de decirse "mi compadre no quiso hoy, no lo molestemos por el momento".

En una canción de Joaquín Sabina, la letra recrea la reclamación de un hombre a su médico porque a la hora de que éste le receta algo para su no erección, el afectado argumenta que le hinchó todo, menos lo que debió hincharle. Pero a menos que sea una pastilla con prescripción médica para un problema permanente, no existe razón para que una persona que no experimentó una erección deba medicarse.

Si nos remitimos a la numerología del terror, el cinco por ciento de los hombres de 40 años, sufre disfunción eréctil y del 15 al 26 por ciento de los mayores de 65 años tienen este padecimiento. A medida que la edad avanza, empieza a fallar la irrigación y el entusiasmo del pene, lo cual es un proceso natural en la decadencia del ser humano, como sucede con la piel que se cuelga, la descalcificación, las enfermedades crónicas, hasta que nuestra alma se decide a dejar el envase putrefacto (ash...)

La erección del pene es un proceso de mecánica simple y maravilloso. Cuando vemos erigirse el miembro, contemplamos un proceso en donde todo el cuerpo está cooperando. El sistema nervioso, a 288 kilómetros por hora, le manda señales al pene de que se ponga pilas porque va a jalar. Los nervios...

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