Ivaginaria / ¿En limeranza?: ya valiste...

La limerencia o limeranza es una palabra, un neologismo, que define el estado atarantado del enamoramiento o lo que llamamos amor romántico. La historia de este vocablo es sumamente linda, como lo son la mayoría de los nacimientos de palabras: la profesora Dorothy Tennov acuñó el término de limeranza para un libro que escribió producto de una investigación que realizó entre sus alumn@s adolescentes.

Los estudiantes más aplicad@s, más centrados y brillantes, cuando se enamoraban o se liaban con alguien, todo se venía abajo. Tennov le puso nombre científico a un fenómeno milenario, de carácter físico, bioquímico y psicológico. Como resultado de esa observación e investigación resultó el libro "Love and limerence the experience of being in love" en 1981, que habla de la experiencia del romance y del enamoramiento.

La verdad es que, ¿quién no se vuelve adicto a la sensación de enamorarse? Nos gusta enamorarnos, encularnos hasta el troncomóvil, porque está demasiado delicioso. Sólo con las sustancias felices de la ducha química, tenemos para mantenernos entretenidos en lalaland por un tiempo...determinado. La limeranza dura en promedio hasta dos años, pero sus fluctuaciones de intensidad van desde los 18 meses hasta tres años. Imagínense, 36 meses baboseando la baranda sin darnos cuenta de qué tenemos tafanario en la parte trasera.

Cuando en limeranza, cualquier cosa que haga la persona romantizada, es perfecto. Hay euforia, entusiasmo, emoción y una continua evaluación a nuestras personas por parte de nosotr@s mismos, tratando de ver si somos lo suficientemente buen@s para la persona limereada con nosotros. Ese estado brincón del enamorad@ también sufre porque tiene, porque no tiene y cuando lo tiene porque sabe que en algún momento no lo va a tener. En mis limeranzas más celebres, recuerdo sólo estados de angustia porque sabía que ese momento feliz que estaba viviendo con mi amor en turno, iba a terminarse. Siempre me ha parecido demasiado sospechosa la felicidad, pero la forma bizarra de vivir la limeranza, también es debido a la construcción que se hace de la persona amada y deseada.

Por eso hay que estar al tiro en esos estadios para prevenir el abuso y la violencia, por ejemplo. Existen estados de limeranza tan intensos, que la persona enamorada construirá o creará una serie de cualidades inexistentes, o tratará de convencerse a toda costa...

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