Ivaginaria / Horror a los pelos

Nadie es indiferente a los pelos, sea porque hay muchos, pocos, pelado o pelón, por las canas o la ausencia de ellas. Los pelos, vellos y cabello en cualquier parte del cuerpo es un motivo de ocupación, porque se remueven, cortan, pelan, pintan y se tratan de maneras distintas. Nadie deja a sus pelos en paz.

De las mujeres se demanda que anden pelonas del coño, largas mechas de la cabeza, ninguna pelosidad en las axilas, piernas tersas y de preferencia no bigote ni barba. ¿Saben lo que implica realizar toda esa poda? Yo soy cuasi lampiña y aún así, debo de ocuparme de ciertas frondas, no sin hueva.

Hace poco publiqué en mi página www.ivaginaria.wordpress.com, un artículo sobre una morra que decidió hacerse unos retratos enseñando los pelos de las axilas, crecidos, negros y abundosos. Laura De, una estudiante veinteañera de Bélgica (entiéndase como primer mundo), exhibió en internet sus imágenes hechas por el fotógrafo Florence Lecloux, quien la mostró con el sobaco peludo.

Entre los comentarios que recibió, el de "jodida zorra" fue el más suavecito. Pero quizás sean esos vestigios provenientes de cuando el hombre aún era un primate, aunque muchos se empeñen en negar esa evolución con sus actos. Los primeros hombres se quitaban los pelos de la cara con herramientas primitivas, usaban dientes o huesos de animales o conchas afiladas, para evitar parecer alguna bestia salvaje (...) y que les temieran. Fue este acicalamiento el primer signo de "civilidad", producido para la sobrevivencia, más que por razones estéticas.

Luego se inventaron las navajas de afeitar en el siglo XII y de ahí saltamos unas centurias hasta la creación de la navaja doble desechable: más de cien años de rasurar barbas cumple la Gillette.

Aún en ese tiempo las mujeres no nos habíamos involucrado en la depilación total de los pelos, sin embargo sí existía la remoción del vello, hábito antiguo en el acicalamiento.

Los pelos en la piel femenina y en sus recovecos han ido y vuelto de una forma escandalosa, pero sin duda todo ha ido a menos. Por ejemplo, una mata de pelo frondosa y oscura era común en los cuerpos de los cortos pornográficos de los treinta. Para los noventa, era poco el pelo y se comenzó a diversificar el arreglo del vello púbico y hasta el de las axilas. Muchas celebridades...

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