En invención plástica

AutorRebeca Pérez Vega

Mario Martín del Campo (Guadalajara, 1947) no deja nada al azar, es un artista riguroso, una especie de cirujano que no pierde un sólo detalle.

Es un artista multidisciplinario que evita repetirse, que busca reinventarse y experimentar, ampliar su campo de conocimiento. En 50 años de trayectoria creativa ha incursionado en la pintura, el dibujo, el grabado, la escultura, el arte objeto, el juguete, también ha ilustrado libros y ha realizado diseño de vestuario y escenografía para teatro y ópera.

"Soy un pintor muy detallista, mis amigos me dicen que parezco cirujano, porque soy muy meticuloso; me gusta ser muy limpio y eso se desarrolla con los años", describe el artista, quien este año tuvo una gran exposición retrospectiva en el Instituto Cultural Cabañas y un libro editad por la Fundación Black Coffee para festejar sus 50 años de carrera.

El artista pasó su infancia en Guadalajara, pero en su adolescencia decidió mudarse a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos. Aunque nunca ha descuidado sus vínculos tapatíos, el autor ha desarrollado su carrera fuera de la capital jalisciense. Ha expuesto su trabajo en Campeche, Querétaro, Nuevo León, Chihuahua, Nayarit, Yucatán, Zacatecas, Oaxaca, Morelos, así como en galerías y museos de Estados Unidos, Bélgica, Alemania, Italia, Francia y Colombia.

Martín, que tiene múltiples intereses creativos, relata que ha construido arte objeto inspirado en el teatro guiñol que lo animó desde la infancia, pero también ha dejado de pintar para hacer escenografías para el director de cine Juan...

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