Invasión religiosa en el cuadrante radiofónico

AutorBernardo Barranco V.

En el pasado la emisora se llamó La Pantera, con programación de rock, y hasta hace poco, La Comadre 1260, con música ranchera-norteña-grupera. La operación comercial de la frecuencia se dio entre la organización religiosa norteamericana El Sembrador de Nueva Evangelización (ESNE) y Grupo ACIR, que hasta el 30 de julio era la concesionaria legal de la frecuencia. No queda claro si la operación fue de compra-venta o renta del espacio.

ESNE Radio tiene su sede en Los Ángeles, California. Es una red de estaciones de radio y televisión, de corte católico, en español. Actualmente opera en Chicago, Denver, Houston y Salt Lake City.

En muy poco tiempo ya hay cuatro estaciones de corte religioso en el Valle de México. Y se rumora una quinta estación, pues la Iglesia Universal del Reino de Dios (o Pare de Sufrir) ha sostenido pláticas con diversos concesionarios para rentar frecuencias.

El fenómeno no sólo concierne a la Ciudad de México, sino a todo el país. En los últimos lustros se han constituido cientos de estaciones radiales de corte religioso en todo el territorio. ¿Se quebrantan la ley y el carácter laico del Estado? Al ser una concesión del espectro de frecuencias propiedad de la nación, sí afecta el artículo 130 constitucional, que marca una clara separación entre las iglesias y el Estado. Además, la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de manera enfática lo prohíbe. Así lo dice el artículo 16 vigente: "Las asociaciones religiosas y los ministros de culto no podrán poseer o administrar concesiones para la explotación de estaciones de radio, televisión o cualquier otro tipo de telecomunicación, ni adquirir, poseer o administrar cualquiera de los medios de comunicación masiva". Tanto Gobernación como el Instituto Federal de Telecomunicaciones han sido laxos. Este último ha otorgado polémicas concesiones radiales a grupos religiosos disfrazados de asociaciones civiles.

El fenómeno no es nuevo, desde hace varios sexenios se opera un disimulo institucional. Basta ver la tele nocturna para encontrar emisiones religiosas con condimentos fanatizantes. Ahora, con AMLO, el tema se agudizó. Bajo el argumento de una necesaria moralización de la sociedad ante el proceso de descomposición del tejido social, AMLO buscó el apoyo y compromiso de las iglesias para afrontar esta decadencia moral. Incluso en marzo de 2019 se comprometió a otorgar concesiones de radio y TV a las iglesias evangélicas (Rodrigo Vera, Concesiones de radio y TV: lo que no...

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