Introducción

AutorRubén Pacheco Inclán
Cargo del AutorEgresado por la UNITEC como Licenciado en Derecho
Páginas11-12
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INTRODUCCIÓN
Durante los años que he tenido la enorme fortuna de ejercer la noble tarea de
la docencia, me he topado con un problema general en la forma de trans-
mitir el conocimiento a los alumnos, consistente en creer erróneamente que
cada concepto que nosotros conocemos, de igual for ma, está reejado en la men-
te del educando. Damos por entendido el conocimiento fundamental de conceptos
esenciales en la episteme del alumno, nada más equivocado.
No podemos entrar al estudio de un tema sin antes conocer y lograr que los alum-
nos conozcan su origen, etimología, proceso de desarrollo histórico, para que, tenien-
do el mismo punto de partida, se pueda lograr enraizar el gusto e interés en un tema
particular. Así, la ética, como teoría de la moral y rama de la losofía, es sin duda
alguna, el concepto más signicante para entender a la sociedad, la norma social y
jurídica, los parámetros de conducta, la validez de la Ley, la actualidad social, la per-
cepción política, pero, sobre todo, el momento histórico en el que vivimos.
La ética es simplemente la base del desarrollo social, cada pueblo y nación requie-
ren de conceptos ontológicos que determinen su esencia. Basta con recordar el deba-
te sostenido en la Universidad de Bonn, entre el extraordinario lósofo liberal de la
escuela de Frankfurt, Jürgen Habermas y, el hoy Papa honorario, Joseph Ratzinger,
quien en ese entonces era Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe.
Debate que continuaría en la Universidad Católica de Baviera en la Ratisbona,
cuyo tema fue “Las bases morales prepolíticas del Estado Liberal”, y que aún hoy
día cimbra la conciencia del ser humano pensante, por su profundidad. Que desde
la perspectiva del que escribe, el punto central se concentró en la ética que, por la
falta de su debido entendimiento, ha llevado a la sociedad a perderse en un mar de
conceptos analógicos diseñados y difundidos por los medios de comunicación. Los
avances tecnológicos, como son las redes sociales o los sistemas de control político-so-
cial, han hecho que se olvide el profundo sentido y fuerza que debe tener la idea de
la ética.

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