Introducción

AutorNuria González Martín
Páginas7-9
7
1. Introducción
El 31 de octubre de 2011, la población mundial ascendía exactamente
a 7 000 millones de personas. Hay países desarrollados en los que
prima una baja natalidad y países en vías de desarrollo, llamados en
la actualidad países emergentes, caracterizados por su alta natalidad.
Países ricos en contraste con países pobres, desproporciones o des-
ajustes que marcan el punto de partida cuando hablamos de ampliar
una familia o disminuir la misma –por ejemplo, como consecuencia
de la pérdida de la patria potestad por parte de los padres biológicos
o la orfandad de los niños– a través de la adopción, ya sea nacional o
internacional.
No cabe la menor duda que la familia es el medio idóneo para
el mejor desarrollo de un ser humano y que, además, crecer y desarro-
llarse dentro de la familia biológica es la mejor de las opciones; en
defecto de una familia biológica podemos ver como otra opción la
adopción nacional, y en último lugar la adopción internacional. Esta
especie de orden de prelación entre la familia biológica, adopción
nacional y adopción internacional es lo que se denomina Principio
de Subsidiariedad, cuya razón de ser radica en la máxima de la pro-
tección del menor en su interés superior, y en donde debe prevalecer
el no desarraigo del menor de su contexto familiar y territorial; de
sus orígenes.
Desde el punto de vista social o jurídico, el reconocimiento de
la familia y su protección cobran un interés fundamental.
La adopción es una figura jurídica mediante la cual se termi-
nan los vínculos paterno-filiales o de parentesco de un menor con
su familia de origen para trasladarlos a una familia adoptiva, con la
finalidad de velar por el interés superior del menor.
El interés superior del niño es un concepto jurídico indetermi-
nado, es decir, no se puede tener un concepto generalizado porque el
interés o el beneficio que redunde en un menor es diferente al interés
o beneficio de otro menor, las circunstancias de cada individuo, en
este caso, de cada niño, niña o adolescente cambian según su con-
texto social. De esta manera, hay que individualizar las necesidades
de cada menor, y que la determinación de lo que es mejor para cada
caso concreto se disponga no solo por la autoridad jurisdiccional,
sino por equipos multidisciplinares que de manera integral se abocan
a la tarea con seriedad.
Porcentajes
de natalidad
en el mundo
La familia como
medio idóneo
para el desarrollo
de las niñas
y los niños
Objeto
de la adopción
Interés superior
del niño
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