La Inseguridad Pública y la Reacción del Estado

AutorMiguel Ángel Ruiz Sánchez
CargoCatedrático UNAM, INACIPE, UNILA y UNITEC.
Páginas87-93

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En la actualidad la mayoría de la población mexicana reclama una efectiva seguridad pública y honesta aplicación de las leyes, pero aún más, se encuentra angustiada por la grave situación prevaleciente de inseguridad pública en las calles, comercios, hogares, oficinas de gobierno, bancos, etc. Los habitantes se ven amenazados e indefensos ante la delincuencia común y organizada, por la incapacidad del Estado para brindar seguridad y paz pública. El problema de la inseguridad pública, se torna más delicado con los acontecimientos de corrupción de funcionarios públicos de las áreas encargadas precisamente de la seguridad pública, procuración y administración de justicia, incluso relaciones de militares de alto rango con narcotraficantes organizados, involucrando tales hechos a los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

Ante la presión de la sociedad civil y opinión pública generalizada, el Estado opta por incrementar las penas en los delitos considerados como graves, y los que no lo eran convertirlos como tales, para tratar de reducir los índices delictivos, cuya política criminal la consideramos errónea, pues los delitos van en aumento diariamente, y los supuestos readaptados que egresan del actual sistema penitenciario de nuestro país, en su mayoría vuelven a delinquir.

Según las estadísticas sobre los índices de criminalidad, de cada 100 delitos que se denuncian, sólo en tres de ellos el probable responsable es llevado al juez penal. Este dato le permite asegurar Miguel Concha, que "el desastre de nuestra seguridad pública y de nuestra procuración de justicia tiene dos causas funda-Page 88 mentales: la crisis económica que empobrece cada vez más a mayor número de personas y la incapacidad, negligencia, abuso y corrupción de los aparatos de seguridad pública y de procuración de justicia."1 Nosotros somos de la opinión que son dos factores los que se deben de estudiar y analizar para encontrar soluciones al problema de la inseguridad pública: los endógenos y los exógenos. Las causas que menciona Concha, como es evidente, se ubican dentro de los factores exógenos del delito; en cambio, los endógenos se refieren a los problemas internos del delincuente, situación que bien tratada por los especialistas hacen cambiar conductas delictivas por otras benéficas o al menos poco perjudiciales para la sociedad.

Ahora bien, el orden implica una convivencia tranquila y pacífica que proporciona el ambiente y las condiciones de seguridad indispensables para la realización del bien común. Pues esto precisamente, es lo suyo del ser social, que facilita la realización de lo suyo del hombre personal.2El Estado ha construido, empeñosamente, una serie de instituciones destinadas a prevenir la delincuencia, procurar y administrar justicia, ejecutar sentencias. Son el "instrumental" de la faena punitiva, los artefactos de que se vale la nación para enfrentar la plaga del delito, desarraigarla, perseguirla, someterla.3

En México, en el artículo 21, penúltimo y último párrafo, de la Constitución Federal, se establece que "la seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones policiales se regirá por los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo y honradez. La Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios se coordinarán, en los términos que la ley señale, para establecer un sistema nacional de seguridad pública."

Tarea nada fácil para el Estado mexicano el combate frontal contra los miembros de la delincuencia organizada (narcotraficantes principalmente, sin quedarse al margen los secuestradores, traficantes de armas, traficantes de personas, contrabandistas y hasta los que cometen delitos convencionales dado los altos índices de criminalidad de estos delitos cometidos a la fecha, aunado el exceso de violencia que se emplea en su comisión). Tan difícil es laPage 90 tarea que no bastan los cuerpos de seguridad pública del país para enfrentar a estos grupos arraigados en las mismas instituciones policíacas. Precisamente por esta razón ha llegado a declarar el actual Secretario de la Defensa Nacional, en comparecencia ante la Cámara de Diputados que, aquellas instituciones fueron rebasadas por la delincuencia y el Ejército mexicano no puede permitir que se continúe en el caos. Así también, el Presidente Calderón ha declarado reiteradamente que usará toda la fuerza del Estado para frenar a estos grupos delincuenciales que amenazan la seguridad interior y ponen en riesgo, incluso la soberanía nacional.

Estamos convencidos que existe necesidad de combatir frontalmente a los miembros de la delincuencia organizada y prevenir la común, pero estableciendo una política criminológica que considere los puntos más elementales de la racionalidad, es decir...

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