Iniciativa parlamentaria que reforma los artículos 3o., 4o. y 10 de la Ley de Asistencia Social, en materia de derechos humanos para las personas, niñas, niños y adolescentes que requieren asistencia social., de 14 de Abril de 2016

Que reforma los artículos 3o., 4o. y 10 de la Ley de Asistencia Social, a cargo del diputado Ricardo David García Portilla, del Grupo Parlamentario del PRI

El suscrito, diputado Ricardo García Portilla, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y los artículos 6o., fracción I, y 78, del Reglamento de la Cámara de Diputados, presenta al pleno de este órgano legislativo la presente iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Ley de Asistencia Social, conforme a la siguiente Exposición de Motivos

l. Planteamiento del problema

La asistencia social es vista por amplios sectores de la sociedad y de gobierno como una tarea de reparación parcial y coyunturalmente determinada, es decir, como una actividad que ha de cubrir los huecos y atender algunas necesidades para que no interrumpan ni sean factores que obstaculicen la actividad económica y la estabilidad social. Todavía, para no pocos de los actores e instituciones que definen las prioridades de la gestión estatal y el gasto público, la asistencia social parece ser una cuestión política complementaria, un incómodo, aunque necesario, compromiso con sectores sociales de los que poco puede esperarse.

La misma palabra asistencia, bajo cuya enunciación se engloba una amplia y heterogénea serie de políticas e instituciones públicas y privadas, parece arrastrar todavía la marca peyorativa que su ilustre antecesora, la beneficencia, dejó impresa en las actividades de ayuda y apoyo a las personas situadas en las posiciones sociales más débiles.

Sin embargo, reflexionando sobre la cuestión, se hace evidente que lo que llamamos asistencia social es uno de los reclamos esenciales e impostergables de una sociedad como la nuestra. En una sociedad traspasada por tal cantidad de carencias y desigualdades, la asistencia social no sólo debe ser reformulada para no interpretarse más como una actualización de la caridad benefactora que fue su origen histórico, sino para mostrar que su función sólo tiene sentido en el marco más amplio de la búsqueda de una sociedad más equitativa y más participativa.

En este sentido, las instituciones de asistencia social y, de manera obligada, los programas y proyectos gubernamentales que la sustentan, deben tener el propósito de revertir las condiciones generalizadas de pobreza, marginación y vulnerabilidad que son la fuente y origen de gran parte de nuestros mayores y más dolorosos problemas de convivencia social.

Por ello se hace necesaria una nueva perspectiva acerca de la asistencia, una visión a partir de los derechos humanos, misma que revele tanto la complejidad y urgencia de los retos que actualmente enfrenta, como su vinculación al secular problema de miseria y rezago social.

Una de las características más destacadas de un enfoque de esta naturaleza con respecto a la reducción de la pobreza es que se basa explícitamente en las normas y los valores establecidos en la legislación internacional de los derechos humanos, estas disposiciones internacionales sobre los derechos humanos nos proporcionan un marco normativo con respecto a la formulación de las políticas nacionales e internacionales, con inclusión de las estrategias de reducción de la pobreza.

En este marco, es importante señalar que las normas internacionales de derechos humanos han adquirido un alto nivel de legitimidad mundial por tres razones. En primer lugar, porque en general se reconoce que los derechos humanos dimanan de “la dignidad y el valor de la persona humana”, lo que les da una considerable autoridad moral. En segundo lugar, porque los instrumentos de los derechos humanos han sido ampliamente aprobados en todas las regiones del mundo (todos los Estados respaldan la...

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