Iniciativa parlamentaria que reforma los artículos 3o. de la Ley General de Salud y 50 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, a fin de establecer medidas tendientes a prevenir, informar, orientar, atender, controlar y vigilar en materia de embarazo temprano., de 27 de Octubre de 2015

Que reforma los artículos 3o. de la Ley General de Salud y 50 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, a cargo del diputado Hugo Daniel Gaeta Esparza, del Grupo Parlamentario del PRI

El que suscribe, diputado Hugo Daniel Gaeta Esparza, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional a la LXIII Legislatura, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; así como 6, numeral 1, fracción I, 77 y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, presenta iniciativa con proyecto de decreto que adiciona la fracción V Bis, al artículo 3o. de la Ley General de Salud, y se reforma la fracción VI del artículo 50 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, de acuerdo con la siguiente Exposición de Motivos

En términos generales, el embarazo precoz es aquel embarazo que se produce en niñas y adolescentes, a partir de la pubertad , en la que comienza el proceso de cambios físicos que convierte a la niña en un adulto capaz de la reproducción sexual. Esto no quiere decir, sin embargo, que la niña o adolescente esté preparada para ser madre según diversos estudios, el embarazo precoz es cada vez más frecuente.

La realidad muestra que se trata de un problema de prioridad para la salud pública por, entre otros, el alto riesgo de mortalidad que suele reflejar los bebés de madres adolescentes, que por lo general, presentan bajo peso al nacer y suelen ser prematuros.

El embarazo precoz está vinculado a una cierta situación social, que combina la falta de educación en materia de reproducción y comportamientos sexuales, la falta de conciencia propia de la edad y otros factores, como puede ser la precariedad económica que obliga a vivir en situaciones de hacinamiento, por ejemplo. En muchas ocasiones, incluso, el embarazo precoz está vinculado a violaciones.

Es común que el embarazo precoz sea condenado a nivel social y familiar. La adolescente embarazada es vista como “culpable” de una situación “indeseada”, por lo que suele ser discriminada y no cuenta con el apoyo que necesita.

Por eso, los especialistas insisten en que la madre precoz debe contar con la asistencia de la familia y ser acompañada en las visitas a los médicos y en los cuidados.

Según datos públicos, cada año en México, cerca de un millón de embarazos corresponden a madres adolescentes, lo que equivale al 27.6 por ciento de todos los embarazos.

Se puede establecer que las causas principales de los embarazos en las niñas y adolescentes van desde el inicio precoz de las relaciones sexuales, ya sea voluntariamente o por presión social, así como violaciones, violencia sexual, carencia afectiva, descuido de los padres, la baja autoestima, la curiosidad y el uso inadecuado de métodos de anticoncepción.

Sumado a ello, lamentablemente es común que este tipo de embarazos tengan como consecuencia para la madre, el abandono de sus estudios, problemas para conseguir empleo, discriminación, depresión, desórdenes nutricionales y abortos.

Vale citar que la Asociación Civil Alianza Médica entre sus argumentos señala que la vida sexual activa, inicia a edades cada vez más tempranas y en muchos casos sin protección, además de que las adolescentes suelen esconder su embarazo durante meses por temor a la reacción de sus padres.

Según los investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública “tres cuartas partes de los médicos, si tuvieran que escoger sólo un problema de salud pública para ser atendido como prioridad, escogieron diabetes o embarazo en adolescentes”. “Y esto habla tanto de los problemas de salud pública del país que pueden ser estrictamente metabólicos, pero también de los problemas sociales, porque tenemos una gran cantidad de embarazos en adolescentes y es un problema que se está viendo como muy preocupante”.

Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2012) demuestran que el porcentaje de adolescentes de 12 a 19 años de edad que han iniciado vida sexual, según datos de 2012, alcanza 23 por ciento, con una proporción mayor en hombres con 25.5 por ciento, en relación con las mujeres con un 20 por ciento.

Esta cifra es superior a la reportada en la Ensanut 2006, que reportó 15 por ciento de adolescentes de entre 12 y 19 años que habían iniciado vida sexual, 17 por ciento entre los hombres y 14 por ciento entre las mujeres.

En la misma Ensanut 2012, se refleja que el 84.5 por ciento de los adolescentes sabe que el condón masculino puede usarse una sola vez y el 78.5 por ciento está consciente de que el uso del condón permite evitar un embarazo o una infección de transmisión sexual.

Sin embargo, del total de adolescentes sexualmente activos, el 14.7 por ciento de los hombres y 33.4 por ciento de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en la primera relación sexual.

Anameli Monroy, presidenta del Centro de Orientación para Adolescentes, refirió que “las razones por las que los menores no utilizan métodos anticonceptivos en sus primeros encuentros sexuales dependen, entre otras cosas, de la idiosincrasia propia de su edad, parece que todos piensan que a ellos no les puede ocurrir”.

Se debe valorar que, de las jóvenes que se embarazan entre los 15 y 19 años, 65 por ciento interrumpe sus...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR