Contra la Iglesia: las ideas anticlericales de Francesco Testori y otros masones de Nueva España en el siglo XVIII

AutorRogelio Aragón
Cargo del AutorPasante de la maestría en historia de la Universidad Iberoamericana
Páginas253-276
25 3
Rogelio Aragón*
Contra la Iglesia: las ideas anticlericales de Francesco Testori
y otros masones de Nueva España en el siglo XVIII
Comúnmente el término masón se utiliza como sinónimo de antirreli-
gioso o anticlerical. Pero, ¿existe una tendencia masónica a rechazar a
la Iglesia católica y sus preceptos? ¿O se trata sólo de un sector de la
masonería? ¿O son estas ideas anticlericales el reflejo de una corrien-
te de pensamiento más amplia? El siguiente artículo explora algunos
ejemplos de ideas y actitudes anticlericales expresadas por masones
en distintos momentos del virreinato, con el caso del soldado italiano
Francesco Testori como guía, haciendo especial hincapié en la contex-
tualización de tales ideas.
La tendencia generalizada, tanto en obras de corte histórico como
en aquellas que buscan “desenmascarar” a la organización, ha sido
atribuir una clara tendencia anticlerical y antirreligiosa a la masonería.
Desde que en 1797 se publicara la obra del clérigo francés Augustin
Barruel, Memoirs pour servir a l’histoire du Jacobinisme, en la que el
autor afirma que la revolución francesa fue parte del plan maestro de
la francmasonería para derrocar a las monarquías y acabar con el cris-
tianismo, se ha propagado la idea de que existe una conspiración –ora
judeo-masónica, ora masónico-comunista, ora masónica a secas– cuyo
fin último es el establecimiento de una república mundial laica gober-
nada por un puñado de grandes maestros del grado 33. Sin embargo,
los antecedentes de dicha teoría conspiratoria son anteriores a la obra
*Pasante de la maestría en historia de la Universidad Iberoamericana. Co laborador de la
revista Istor, autor de la entrada sobre masonería en la U.S –Mexico Border Encyclopedia y del
capítulo sobre el virreinato en la Historia de la masonería en México de próxima aparición.
Rogelio Aragón
254
de Barruel o la de August von Göchhausen, un oscuro burócrata ale-
mán que en 1786 predijo que la masonería, junto con los illuminati y
los jesuitas, algún día causaría revoluciones. De hecho, las condenas
papales contra la francmasonería datan de 1737, y alrededor de esa
fecha no pocos gobiernos europeos hicieron lo propio al proscribirla
por considerarla peligrosa.
En buena parte el mito de la conspiración masónica ha sido alimen-
tado por la masonería. Sus miembros, al reaccionar ante las continuas
proscripciones y ataques, han criticado duramente a sus detractores,
en especial a la Iglesia católica, con lo cual parecerían darle la razón a
aquellos que aseguran que su único fin es el trastrocamiento del orden
establecido. Pero además de las críticas, algunas logias y masones han
adoptado actitudes e ideas abiertamente anticlericales.
Ninguna idea surge espontáneamente. Cada pensamiento humano,
ya sea individual o colectivo, es a la vez producto y parte de un con-
texto más amplio que es necesario conocer con el fin de comprender
el Zeitgeist de una época. Los casos que se presentan a continuación,
donde el del italiano Francesco Testori sirve de guía para tejer parte de
la complicada trama de ideas anticlericales expresadas por masones en
Nueva España, fueron extraídos de los archivos del organismo encarga-
do de velar por la ortodoxia religiosa: la Inquisición. En la medida de lo
posible, dadas las limitaciones de espacio, se hace un esbozo del origen
y desarrollo de las ideas anticlericales de Testori y los demás implica-
dos. Tales testimonios son un reflejo de una época, en tres vertientes:
de las ideas ilustradas, del cuestionamiento del orden establecido en
el plano religioso y de cierto sector de los masones, mas no necesaria-
mente de la masonería como organización.
El 4 de agosto de 1769 compareció ante los inquisidores González
de Andia y Amestoy un soldado perteneciente al regimiento de Ulto-
nia con una carta de uno de sus compañeros de regimiento, redactada
en “mala lengua latina”, en la que informaba al Santo Oficio sobre un
soldado que “profesaba la secta de los Franc-masones”. El irlandés
Thomas Connelly, capellán del regimiento, fue comisionado por los
inquisidores para indagar a fondo el asunto. Resultó que la carta había
sido escrita por un tal Francesco Testori, soldado italiano que se halla-

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR