Humberto Musacchio / IMSS: mentiras y medias verdades

AutorHumberto Musacchio

El Instituto Mexicano del Seguro Social está en problemas: padece un creciente déficit financiero y no tiene para pagar las pensiones de los jubilados que le entregaron su vida laboral; carece de fondos para mantener adecuadamente sus clínicas y farmacias y la nómina de funcionarios y empleados de confianza -casi 40 mil personas- se ha convertido en un lastre para la institución.

El Seguro Social está seriamente enfermo. Lo está porque un cuarto de siglo sin crecimiento de la economía mexicana ha traído el cierre de empresas que antes cotizaban, en tanto que el número de trabajadores que aportan sus cuotas al organismo no ha crecido y, en el citado lapso, más de una vez ha disminuido abruptamente el número de los aportantes por efecto del desempleo que ocasionan las crisis, al extremo de que hoy se cuenta con 400 mil menos que hace tres años. Al respecto, Néstor de Buen, uno de los más reconocidos abogados del medio laboral, señala que desde los años setenta la seguridad social se congeló "en la banda de los 12 millones de cotizantes", pues más de la mitad de la población económicamente activa se gana la vida en la economía informal.

Otra causa de la baja cotización es la caída de los salarios reales, que en los últimos 30 años perdieron valor hasta en 75 por ciento. Por si fuera poco, los patrones incumplidos tienden a deber cantidades cada vez mayores al IMSS, pues en 2002 le debían 7 mil 974 millones de pesos, cantidad que en 2003 ascendió a 10 mil 881 millones de pesos (Reforma, 23/VII/2004) y, de seguir las actuales tendencias, la deuda llegará a un monto mucho mayor en este año.

Entre los responsables de la crisis del IMSS figura Carlos Salinas de Gortari. En 1992, en su afán de favorecer al capital financiero, creó el Sistema de Ahorro para el Retiro, para lo cual se despojó al Seguro Social del fondo que antes manejaba y, sobre todo, de la posibilidad de acrecentarlo para con él y sus intereses hacerle frente al creciente costo de las pensiones, que hoy constituyen un negocio privado en el que suben las tasas de ganancia de las afores, empresas que manejan el dinero de los trabajadores, mientras que para éstos se encogen los rendimientos de su futura pensión.

Una realidad que los derechohabientes conocen tan bien como el personal del Seguro es la obsolescencia de los equipos, su falta de mantenimiento y su caducidad. A lo anterior puede agregarse el cada vez más severo racionamiento de medicamentos y material de curación, siempre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR