Humberto Musacchio / El Papa, el 'canard' y el desafuero

AutorHumberto Musacchio

Alfonso Reyes, que sabía de política y periodismo mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir, escribió sobre lo que en su tiempo se llamaba canard (pato, en francés) y que en la jerga periodística mexicana conocemos como "borrego", esto es, una noticia falsa o exagerada.

En un artículo memorable, el escritor regiomontano decía que "la Gran Serpiente de Mar, la Araña Gigantesca, (y) el Borrego de dos Cabezas pertenecen a la fauna mitológica del canard". Quizá del tercero de estos seres imaginarios provenga nuestro término "borrego", que usamos para ese seudoperiodismo que cuenta mentiras piadosas confiado en la credulidad del gran público.

Pero la inteligencia alfonsina, que solía rebasar siempre la anécdota, advertía que "otras veces el canard es un calculado desvío de la atención pública, como cuando cambiaron de sitio en México los caballos de Querol, para que los diarios se entretuvieran en discutir el caso y dejaran a los gobernantes negociar en paz ciertos convenios internacionales" (los pegasos de Agustín Querol que ahora están afuera de Bellas Artes se trasladaron al Zócalo cuando se discutían los Tratados de Bucareli). Aquí, el maestro advertía que en ese caso "el canard no es ya puramente literario, sino que se vuelve maniobra práctica, hecho verdadero".

Viene a cuento el texto de Reyes porque en estos días en que el país y su futuro penden del desafuero, la televisión halló un perfecto canard, hecho verdadero, de ésos que se convierten en maniobra práctica, en la agonía y muerte del Papa Juan Pablo II, pretexto caído literalmente del cielo para apartar la atención pública del siniestro golpe que significa la inhabilitación de Andrés Manuel López Obrador.

Por supuesto, la enfermedad y el deceso del Pontífice romano son noticia. Lo son también sus exequias, que ocuparán varios días y la elección de quien haya de ser su sucesor. Noticia será también la ceremonia de investidura del nuevo Papa y aun el desfile de delegaciones que habrán de presentarle sus respeto a quien herede el trono de San Pedro. En total, se estima que la información del Vaticano ocupará entre 15 y 30 días y las grandes cadenas de televisión han dispuesto de grandes recursos técnicos y económicos para cubrir los hechos y todos los aspectos que se les puedan ocurrir alrededor de ellos.

México es un país mayoritariamente católico y por esa razón puede explicarse la forma intensiva y extensiva con la que se ocupa la televisión del asunto. La televisión española...

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