Derechos Humanos, seguridad pública y fuerzas armadas (Tercera parte)
Autor | Gerardo Pérez Silva |
Páginas | 173-174 |
Centro de Estudios 173
Aumenta la militarización del país.
Operativos militares y policía-
cos, retenes arbitrarios, sospecha,
miedo, espionaje, autoritarismo e
impunidad son cada vez más fre-
cuentes. Ante ello, no podemos
permanecer callados, pues miles
de personas inocentes son víctimas
de estos actos y del ejercicio brutal
de la violencia sistemática. Y aquí,
podríamos preguntar, ¿a quiénes
defi enden y protegen los militares?
¿A la legitimidad ya carcomida de
las instituciones del Estado? ¿A la
soberanía nacional, sin importar
atropellos o cuántas víctimas de-
jen a su paso, o cuando esta misma
soberanía está subordinada a los
dictados del gobierno norteameri-
cano?
Estando así las cosas, no puede uno
dejar de pensar que en las estrate-
gias de combate contra el narcotrá-
fi co y otras fuerzas de delincuencia
organizada, que el gobierno fede-
ral promueve con su Plan México,
hoy Plan Mérida -el TLC militari-
zado, dicen algunos especialistas-;
auspiciado por el país del norte,
en el fondo, pareciera que se trata
solamente de asegurar que el Esta-
do pueda proporcionar seguridad
primariamente sólo a sí mismo, y
no a sus ciudadanos, y más aún,
son éstos mismos ciudadanos los
que son ahora tachados de sospe-
chosos; criminalizando la protesta
social, obstaculizando la libertad
de expresión y reprendiendo toda
forma de manifestación pacífi ca
de mujeres y hombres. ¿Acaso hay
otra cosa más cruel, como ésta, la
que tiene el Estado al sospechar de
todos sus ciudadanos, mantenién-
dolos en constante vigilancia y re-
presión?
Gran parte de las estrategias de
seguridad, basadas en la fuerza
militar, produce una serie de da-
ños colaterales, expresadas princi-
palmente, en violaciones graves y
sistemáticas a los derechos huma-
nos de las personas, legislaciones
represivas que atentan contra los
derechos civiles (como la libertad
de tránsito, detenciones arbitrarias
y fabricación de delitos sin razón
judicial), perpetuación de la im-
punidad, descrédito de las fuerzas
militares y policíacas por parte de
la sociedad.
Esta situación es efecto de un es-
tado autoritario que se disfraza
ofreciendo seguridad a un México
envuelto en el miedo y en la disi-
DERECHOS H UMA NOS, SEGURIDA D
PÚBLICA Y FUERZA S ARM ADAS
PARTE III
Gerardo Pérez Silva
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