Hombres luchan para erradicar sus conductas violentas

TOLUCA, Méx., febrero 28 (EL UNIVERSAL).- "Un segundo puede cambiar la vida de una familia; del enojo pasas a la furia sin aviso, terminas rompiendo el brazo de tu esposa o dando una cachetada, y a tus hijos los dañas para siempre", dijo Víctor "N", acusado de lesiones.

Él tiene 37 años y es uno de los 437 hombres que, en dos meses de 2018, se registraron para recibir terapia en uno de los cuatro "Centros de Reeducación del Consejo de la Mujer y Bienestar Social" (Cemybs), a los que también llegaron 230 mujeres.

En un mes estos lugares llegan a recibir 360 personas entre adultos mayores, adolescentes a partir de los 15 años, aunque prevalecen personas de entre 30 y 40 años de edad.

Víctor platicó que en 16 años de matrimonio jamás le había pegado a su esposa, aunque su contexto en la infancia no fue sencillo.

Su padre se suicidó de un balazo en la sien cuando él tenía 10 años; ni él o sus hermanos recibieron terapia por este suceso. "Jamás me identifiqué como un hombre violento hasta que golpee a mi pareja", dijo.

Sin embargo, una discusión detonó su enojo y los golpes perpetrados a su esposa fueron denunciados ante las autoridades, quienes no lo enviaron a terapia, sino a mediación, pero su mamá conoció este servicio en el que prevalece el interés por identificar conductas agresivas y detenerlas antes de convertirse en un...

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