Hizo Poniatowska suyo el Cervantes

AutorGuadalupe Loaeza

ESPECIAL

ALCALÁ DE HENARES.- Recordó Elena Poniatowska las rondas de pregoneros que escuchaba de niña cuando llegó a México. "Esta que es aún más aterradora: 'Cuchito, cuchito/ mató a su mujer/ con un cuchillito/ del tamaño de él./ Le sacó las tripas/ y las fue a vender./ ¡Mercarán tripitas/ de mala mujer!'.

"Todavía hoy se mercan las tripas femeninas. El pasado 13 de abril, dos mujeres fueron asesinadas de varios tiros en la cabeza en Ciudad Juárez, una de 15 años y otra de 20, embarazada. El cuerpo de la primera fue encontrado en un basurero", expresó.

"Lo de la mujer en México es aterrador", habría dicho la víspera, la escritora y periodista, en una entrevista para el diario El País. Como para quitarnos el horror de la realidad de nuestro país, líneas abajo, comentó: "Recuerdo mi asombro cuando oí por primera vez la palabra "gracias" y pensé que su sonido era más profundo que el merci francés".

La imagen de Elena, enmarcada en un púlpito dorado y bajo un espléndido techo artesonado del recinto de la Universidad fundada en 1499 y en donde hiciera sus estudios de Artes y Teología, Santo Tomás de Villanueva, brillaba como el sol que la recibió "la inmensa vida de México", en 1942, cuando llegó de París, con su madre y su hermana, Kitzia, en el Marqués de Comillas, el barco con el que Gilberto Bosques salvó la vida de tantos republicanos (y judíos) que se refugiaron en México durante el Gobierno del general Cárdenas.

"¿Cómo iba yo a transitar de la palabra París a la palabra Parangaricutirimícuaro? Me gustó poder pronunciar Xochitlquetzal, Nezahualcóyotl o Cuauhtémoc y me pregunté si los conquistadores se habían dado cuenta quiénes eran sus conquistados", mencionó.

Antes de terminar su muy conmovedor discurso, la autora de La Noche de Tlaltelolco nos hizo una confesión: "Tuve un gran amor platónico por Luis Buñuel". En ese momento le brillaron los ojos al Rey, y la Reina hizo como que sonreía, pero lo hizo tan discretamente que, seguramente, nadie lo notó más que yo, quien no le quitaba los ojos a su vestido estampado tan bonito verde limón con ribetes morados.

Cuando de...

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