Hijos pintitos de tigre (II)

AutorSamuel Máynez Champion

Anotamos que en la casa del licenciado Ortega se imprimió una disciplina de estudio en la que el tiempo de ocio estéril se desterró por completo, y que a los cinco vástagos y la hija, amén de haber recibido ahí las primeras letras y los conocimientos generales, se les exigió que estudiaran una carrera, aprendieran un oficio y cultivaran alguna de las bellas artes. De estas últimas fue el arte de Euterpe aquel al que más énfasis se le otorgó. En estos términos poéticos don Francisco concibió los poderes de la música: Los corazones todos/ a tu albedrío mandas;/ los subyugas y mueves de mil modos;/¡Cómo a los duros delicada ablandas!/ y en ellos de piedad la llama pura/ encendiendo, los llevas con dulzura/ del amor a las aras adorandas.// ¡Para qué quiero el oro,/ si tú, Música, eres/ mi más precioso, mi mayor tesoro!/ Feliz yo, si de rígidos deberes/libre algún día, puedo a ti entregarme,/ y en tus delicias sólo recrearme/ ¡Oh fuente perenne de mis placeres!".

Igualmente, asentamos que las lecciones de piano fueron impartidas indiscriminadamente, y no como un mero adorno o pasatiempo, sino como una herramienta insustituible para cincelar la sensibilidad y refinar las emociones de los niños en formación. El primogénito Eulalio María Ortega del Villar (1820-1875) lo expresó de esta guisa: "Las lecciones que recibimos en los colegios y establecimientos públicos fueron nada comparadas con las que recibimos en el seno de la familia, de los labios y con el ejemplo de nuestro padre. En el hogar domestico no vimos sino ejemplos dignos de imitarse, honradez a toda prueba, virtudes de todo género y, cual verdadera punta de lanza educativa, los elevados trabajos del espíritu, el cultivo de las ciencias y bellas letras y la práctica cotidiana de la música, con el Piano Forte como catalizador".

Sobre la valía intelectual de Eulalio digamos, nada más, que desde los 15 años de su edad comenzó a escribir poemas y ensayos. Su debut literario -en el primer número de la revistaAño Nuevo de 1837-versó sobre la Batalla de Otumba, refriega acaecida el 7 de julio de 1520, en laque los ejércitos mexicas sufrieron una derrota de la que ya no pudieron reponerse y que los fue empujando hacia la capitulación definitiva del 13 de agosto de 1521. El tono antiespañol, emanado de la postura ideológica familiar y acentuado por las directrices de las tertulias familiares de las que derivará la Academia de Le-trán en 1836, no tuvo miramientos. Leamos su apertura para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR