El hijo único, bomba de tiempo

AutorAdrián Foncillas

BEIJING.- A finales de junio pasado una foto que dio la vuelta al mundo causó gran indignación en China: una mujer yace en la cama de un hospital con un feto ensangrentado a su lado. Feng Jianmei, de 22 años, estaba embarazada de siete meses cuando las autoridades del condado de Zhenping, en la provincia de Shaanxi, la forzaron al aborto en cumplimiento de la Política del Hijo Único (OCP, por sus siglas en inglés) implantada hace más de 30 años en la República Popular China, con base en la Ley de Población y Planificación.

Feng quedó embarazada de su segundo hijo y no pudo pagar la multa de 40 mil yuanes (84 mil 400 pesos) porque necesitaba el dinero para tratar el cáncer de su suegra. Una veintena de oficiales de su condado fueron hasta su casa, la llevaron al hospital y la retuvieron durante tres días. La obligaron a imprimir la huella de su pulgar en un formato de consentimiento para su aborto y la sedaron. Ninguno de sus familiares fue autorizado a asistir. Su marido, un campesino, intentó hasta el último momento reunir el dinero.

Lo más grotesco llegó después: Con Feng aún convaleciente, los oficiales desplegaron pancartas acusándola de traición a la patria por haber hablado con periodistas extranjeros. La prensa global sólo se ocupa de la OCP cuando las autoridades se exceden en su aplicación, y cada vez son menos los casos en que esto ocurre.

Para entender el origen de esta ley es necesario retroceder en el tiempo. La calamitosa campaña del Gran Salto Adelante (1958-1960) causó la peor hambruna de la historia moderna (entre 10 millones y 40 millones de muertos, dependiendo de las fuentes). En los setenta una campaña de concientización emprendida por el gobierno redujo la fertilidad de 5.9 a 2.9 niños por familia.

Los problemas de sobrepoblación todavía persistían al inicio de los ochenta cuando se aprobó la ley, porque la generación del baby boom entraba en edad reproductiva. Para ese entonces China ya contaba con la cuarta parte de la población mundial y sólo disponía de 7% de la tierra cultivable del mundo.

Luego de 32 años se cumplieron los objetivos de la Ley de Población y Planificación que le ahorró a China 400 millones de nacimientos y significó un desahogo para el mundo en un contexto global de escasez creciente de recursos.

En sólo 15 años el mapa de la pobreza mundial se redujo drásticamente al pasar de mil 815 millones de pobres a mil 371 millones entre 1990 y 2005, según el Banco Mundial. La mayor parte ese decremento...

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