Un héroe en la diplomacia

AutorBeatriz De León

Vivió la Revolución mexicana, fue testigo de la Segunda Guerra Mundial y hasta de la Revolución cubana, también salvó a miles de personas de la represión franquista o del exterminio nazi; sin embargo, Gilberto Bosques (1892-1995) no se consideraba un héroe, sino una herramienta de la política exterior mexicana.

"No fui yo, fue México", solía decir Bosques cuando se hacía referencia a su labor.

En la muestra Gilberto Bosques, asilo a la vida, inaugurada hoy en Guanajuato, el Festival Cervantino rinde homenaje al diplomático y político poblano con fotografías y documentos que registran su trayectoria.

La exposición en el Museo Regional de la Alhóndiga de Granaditas, curada por el historiador Ariel Arnal y la hija de Gilberto Bosques, Laura Bosques, recorre su vida familiar, política y diplomática: en campaña por una diputación, en el antiguo congreso de Puebla, en diversos países en los que representó a México y, sobre todo, con refugiados en Marsella.

Durante la exposición, también se proyecta el documental sobre la vida de Bosques, Visa al paraíso (2010), con la presencia de la realizadora, Lillian Liberman.

Operación Marsella

En 1939, cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, Lázaro Cárdenas, entonces presidente de México, había nombrado a Bosques cónsul en Francia, donde debe salvaguardar la integridad de los mexicanos.

Bosques no tarda en ampliar su misión y defender la libertad y el derecho a la vida de miles de personas, sin importar su nacionalidad; libaneses, alemanes, italianos y españoles se acercan a él en busca de ayuda o refugio.

Cuando los nazis invaden Francia, el cuerpo diplomático mexicano se traslada de París a Marsella, donde Bosques alquila los castillos de Reynarde y de Montgrand para albergar a republicanos españoles que huían de Franco; ese es el punto de resguardo mientras se tramita su asilo en México u otros países. Además, también ayuda a judíos perseguidos.

Durante su misión diplomática, Bosques expide alrededor de 40 mil visas y se convierte en símbolo de libertad, pues gracias a esos documentos miles de españoles pueden huir de la España franquista, al igual que judíos alemanes salvarse de la persecución nazi y de los campos de concentración.

Entre las personas que obtuvieron visa firmada por Bosques, figuran personalidades de la política y la cultura, como los escritores María Zambrano, Joaquín Xirau, Manuel Altolaguirre, Max Aub y Agustín Millares, los artistas Leonora Carrington y Wolfgang Paalen, el fotógrafo Walter Reuter, el promotor Walter Gruen, el historiador Friedrich Katz, el músico Rodolfo Halffter o el catedrático Augusto Pi Suñer.

Hasta ahora, no se ha localizado la visa número 1, ni se sabe a quién la entregó, pero se supone que fue a algún miembro prominente del gobierno español.

"Salvó a gente muy importante, por ejemplo a Reuter, a quien le...

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