Harley Shaiken / ¿Libre comercio o regalos para los poderosos?

AutorHarley Shaiken

Sin embargo, no debe permitirse que este debate oculte la verdad que hay tras el tratado: el DR-CAFTA es más una petición de intereses especiales que un acuerdo de libre comercio. Se las arregla simultáneamente para desplumar a los habitantes de seis países pobres y exponer a los trabajadores estadounidenses a graves perjuicios.

No hay duda de que un mayor nivel de comercio tiene un gran potencial en cuanto al fomento del desarrollo y la democracia. No obstante, las reglas comerciales estipuladas en el DR-CAFTA promueven utilidades para unos cuantos a costa del bienestar de la mayoría. Irónicamente, el pacto incluso limita la competencia de mercado para proteger poderosos intereses especiales, socavando los principios básicos del libre comercio.

Considérense los productos farmacéuticos: para las farmacéuticas estadounidenses, este tratado amplía el periodo de tiempo durante el cual los productos farmacéuticos de marca tienen acceso exclusivo a los mercados, posponiendo la entrada de medicamentos genéricos y, por ende, limitando la competencia. Para los centroamericanos, el costo de los medicamentos se irá a las nubes, asfixiando los presupuestos y aniquilando la atención de salud. El resultado puede ser una sentencia de muerte para muchas personas.

En el ámbito agrícola, los pequeños agricultores se pondrían en camino de un choque con la agroindustria de EU y sus exportaciones agrícolas fuertemente subsidiadas. Por ejemplo, en 2003 EU exportó arroz en cáscara a un precio casi 20 por ciento menor que el costo de la producción, haciendo imposible que los centroamericanos puedan competir.

En cuanto a los derechos laborales, este acuerdo hace un pacto con el diablo: abre el libre comercio mientras asegura con candado un status quo abrumador. Los trabajadores se enfrentan a todo tipo de atropellos: desde discriminación contra los de más edad (todos los que tengan más de 35 años) a abusos físicos, falta de pausas para ir al baño, falta de pago por horas extra y salarios de miseria.

En teoría, los trabajadores pueden buscar paliar esto uniéndose a un sindicato y negociando de manera colectiva, pero esta opción no es real, porque ser miembro de un sindicato u organizarse podría provocar el despido, ser incluido en listas negras, sufrir violencia, o cosas peores. En Guatemala, la economía de mayor tamaño, menos del 3 por ciento de los trabajadores están sindicalizados y sus sindicatos tienen un peso mínimo.

El DR-CAFTA afirma cumplir los estándares...

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