El grupo sonora

AutorErnesto Soto Reyes Garmendia
Páginas35-61
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El Grupo Sonora
El control obrero y el proyecto de revolución pasiva de los sonorenses
Álvaro Obregón y los intelectuales orgánicos del Grupo Sonora se proponían
acelerar el desarrollo económico del país mediante el impulso de las fuerzas
productivas y de la acumulación capitalista sobre las bases objetivas (materiales)
alcanzadas durante el porfiriato.
El establecimiento de las condiciones de acumulación y del de sarrollo
capitalista en el país requerían como premisa funda mental la reorganización
de las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo de acuerdo con la
nueva inserción de Mé xico en la división internacional del trabajo; es decir,
reglamentar las condiciones de compra y venta de la mercancía fuer za de
trabajo y las relaciones entre el Estado, la clase obre ra y los capitalistas.
Las movilizaciones de los obreros mexicanos durante 1906 (Cananea y Río
Blanco) y el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia habían
afirmado en Obregón y en general en los intelectuales del Grupo Sonora la
conciencia del proyecto histórico de clase del proletariado y con esto la concien-
cia sobre su propio objetivo, de sus limitaciones y de la necesidad de impulsar
una revolución-restauración para lograrlo.
Por su parte el joven proletariado mexicano, poco numeroso, disperso geo-
gráficamente y en concentraciones pequeñas por unidad de producción, sin
REVOLUCIÓN PASIVA Y CONSOLIDACIÓN DEL MODERNO ESTADO MEXICANO
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organiza ciones sindicales independientes e ideológicamente retrasado no tenía
conciencia clara del proyecto de sus enemigos de clase y con ello del suyo
propio.
Es así como Obregón, ligado a los intereses de la naciente burguesía,
inicia un proceso de revolución-restauración; de “revolución pasiva”, para
asimilar a la antítesis dialéctica (el proletariado) o cuando menos a los líderes
de ésta, en provecho de su propio proyecto económico y político para por esta
vía desarrollar todo su potencial. Este proceso, de revolución pasiva será lo
característico en la historia del desarrollo y consolidación del moderno Estado
mexicano entre 1920 y 1940.
Tal como lo señala Antonio Gramsci en relación con la argucia política de la
“revolución pasiva” en el caso de Italia:
[...] la ausencia de una iniciativa popular unitaria en el desarrollo de la historia
italiana y el otro hecho de que el desarrollo se ha verificado como reacción de
las clases dominantes a la subversión, esporádica, elemental, orgánica de las
masas popula res, con “restauraciones” que han recogido una par te de las exi-
gencias de abajo; por lo tanto son “re voluciones pasivas”.1
Así, la necesidad de los sonorenses de no ser superados por su oposición
dialéctica y la conciencia de su propia debilidad, les lleva a realizar una revolución
de nuevo tipo, como revolución pasiva, que les permitiera imponer al interior de
la sociedad política y de la sociedad civil las condiciones de explotación de la
fuerza de trabajo, así como el control de las organizaciones sindicales y políticas
del proletariado, dentro del marco de la lógica de la acumulación capitalista a
que aspiraban. Esta nueva correlación de fuerzas, esta guerra de posiciones,
la dieron en el límite de la sa tisfacción de las demandas econó micas y políticas
de los obre ros, para obtener su consenso, y así poder consolidar su hegemonía.
Los mecanismos utilizados en su proyecto de domina ción fueron múltiples y
podríamos agruparlos en dos:
1. La institucionalización y asimilación de las organizaciones sindicales y
políticas de los trabajadores.
1 Antonio Gramsci, “El Risorgimento”, en Obras de Antonio Gramsci. Cuadernos de la cárcel,
t. 6, Juan Pablos Editor, México, 1980.

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