Los gobernadores. ¿Demócratas nacionales del futuro?

AutorRoderic Ai Camp
Páginas267-297
267
IX. LOS GOBERNADORES
¿Demócratas nacionales del futuro?
DESDE el año 2000 por lo menos pueden esgrimirse dos argumentos convin-
centes de por qué los gobernadores mexicanos podrían llegar a dominar el
futuro liderazgo político nacional. Durante la transición a la democracia en
los ochenta y los noventa, los cargos de presidente municipal y de goberna-
dor fueron las primeras fuentes de un liderazgo ejecutivo electivo que en me-
nos de una década dio victorias a la oposición y realizó un cambio a las for-
tunas políticas, trans riendo rápidamente el dominio de más de la mitad de
la población a líderes de partidos distintos del Partido Revolucionario Insti-
tucional (PRI).1 He observado reiteradamente que gran parte del ímpetu para
el cambio democrático llegó de los dirigentes de provincia, comenzando en el
nivel estatal en 1989 con la victoria electoral de un gobernador del PAN en el es-
tado de Baja California, durante largo tiempo un verdadero baluarte de la
oposición.2 Este patrón también se manifestó en otros lugares de América
Latina, por ejemplo en Brasil, aunque diversas variables desempeñaron un
papel al determinar la importancia de la política regional.3
El segundo argumento convincente es que el primer presidente democrá-
tico, Vicente Fox, alcanzó prominencia nacional desde su cargo de goberna-
dor de Guanajuato. Sus dos adversarios por la presidencia, Francisco Labas-
1 Por otra parte, para las contradicciones que surgen a nivel local como resultado de una
“democracia electoral” estrechamente de nida, véase John Stolle-McAllister, “What Does Demo-
cracy Look Like? Local Movement Challenge the Mexican Transition”, Latin American Perspec-
tives 32, núm. 4 (julio de 2005), pp. 15-35.
2 Rogelio Hernández Rodríguez coincide con el argumento de que las estructuras locales de
partido han sido reforzadas por el robustecimiento de la autonomía de los gobernadores en Mé-
xico. Ofrece el mejor análisis de la evolución del papel de los gobernadores durante el periodo
de transición, con información de las diferencias entre los funcionarios del PRI y del PAN. Véase
su obra “The Renovation of Old Institutions: State Governors and the Political Transition in
Mexico”, Latin American Politics and Society 45, núm. 4 (invierno de 2003), p. 115, y su análisis
más profundo de estos cambios en El centro dividido, la nueva autonomía de los gobernadores, El
Colegio de México, México, 2008, hasta ahora el estudio más completo de la toma de decisiones
gubernamentales. Para un punto de vista similar, véase Rafael Morales Ramírez, “El regreso de
los gobernadores”, Este País (febrero-marzo de 2004), pp. 39-43.
3 Timothy J. Power y Marília G. Mochel, “Political Recruitment in an Executive-Centric Sys-
tem: Presidents, Ministers, and Governors in Brazil”, en Peter M. Siavelis y Scott Morgenstern
(eds.), Pathways to Power: Political Recruitment and Candidate Selection in Latin America, Penn-
sylvania State University, University Park, 2008, p. 230.
268 LOS GOBERNADORES
tida Ochoa, del PRI, y Cuauhtémoc Cárdenas, del Partido de la Revolución
Democrática (PRD), también eran ex gobernadores: primera vez en la historia
política reciente de México en que candidatos presidenciales de los tres par-
tidos principales habían ocupado ese cargo.4 La importancia del cargo gu-
bernamental como vehículo para alcanzar una verdadera estatura política
nacional continuó en la contienda de 2006, cuando dos de los tres candida-
tos habían ocupado ese cargo.5
¿La victoria de Calderón, único e importante candidato no gobernador,
restauró la importancia de la rama ejecutiva nacional como actor predomi-
nante en las carreras de políticos ambiciosos, o bien, su híbrida carrera pú-
blica, de representante de un partido y miembro de las ramas legislativa y
ejecutiva, sugiere una nueva dirección en la política democrática?6
Si consideramos importante la representación regional en los anteceden-
tes de los políticos nacionales mexicanos y como un rasgo de política demo-
crática, los gobernadores desempeñan un papel importante al moderar con-
siderables tendencias regionales, compartidas por miembros de las ramas
ejecutiva y judicial. En el análisis anterior de currículos regionales subrayé
la extraordinaria importancia del Distrito Federal entre los orígenes de los po-
líticos de estas dos ramas de gobierno. Además, hemos notado que esta dis-
torsión continúa durante la época democrática entre secretarios de gabinete,
4 Desde 1934, sólo tres presidentes priistas fueron antes gobernadores: Lázaro Cárdenas, de
Michoacán; Miguel Alemán, de Veracruz, y Adolfo Ruiz Cortines también de Veracruz. Todos
nominados por el PRI cuando servían en los gabinetes de sus antecesores: Cárdenas como secre-
tario de la Defensa, y Alemán y Ruiz Cortines como secretarios de Gobernación. En 1994, Zedi-
llo procedía del gabinete; Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato del PRD, había sido gobernador de
su estado natal, Michoacán, durante los ochenta, y Diego Fernández de Cevallos, candidato del
PAN, llegó directamente del Congreso. Fernández de Cevallos compartía varias características en
común con Felipe Calderón, al haber crecido en una familia panista cuyo padre fue fundador
del partido en 1939. Fernández de Cevallos empezó a hablar en mítines cuando sólo tenía 11
años. Como Calderón, su experiencia fue en la rama legislativa y, marcadamente, en el partido
como miembro del consejo nacional y del Comité Ejecutivo Nacional. A diferencia de Calderón,
dado el monopolio del PRI hasta 2000, no tuvo ninguna oportunidad de trabajar en la rama eje-
cutiva. Líderes 6, 1994, pp. 65-71; www.senado.gob.mx, 2003; Diccionario biográ co del gobierno
mexicano, Presidencia de la República, México, 1992, pp. 458-459; El Financiero Internacional,
18-24 de octubre, 1993, p. 20, y Mexican Political Biographies Project, 2009.
5 Esto puede verse como símbolo por el hecho de que inmediatamente después de la elección
presidencial de 2006, un reducido grupo de gobernadores ya era bien conocido por el público en
general. Eran Enrique Peña Nieto, Estado de México (61%); Marcelo Ebrard, Distrito Federal
(42%); Mario Marín Torres, Puebla (39%), y Lázaro Cárdenas Batel, Michoacán (29%). Tres
años antes de su elección, sólo 26% de mexicanos conocían el nombre de Felipe Calderón. Con-
sulta Mitofsky, “En busca de líderes; los gobernadores”, http//72.52.156.225, 2006.
6 Algunos comentaristas han sostenido recientemente que los gobernadores son la nueva éli-
te política e independiente de México que colectivamente ejerce más in uencia que los dos últi-
mos presidentes. Véase René Avilés Fabila, “La élite del poder en México”, Excélsior, 1 de marzo
de 2009.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR