Con glorias y agua fresca, Echeverría festeja 98 años

Juan Arvizu

CIUDAD DE MÉXICO, enero 18 (EL UNIVERSAL).- Al del cumpleaños, mole y su postre de postres: glorias de Linares; para los invitados, aguas frescas de horchata o jamaica, como cuando Luis Echeverría Álvarez gobernaba México y cuando había hasta para reyes, reinas, príncipes y otros grandes personajes del poder.

Por la tarde, la familia se reúne a comer con el patriarca en la casa familiar de San Jerónimo Lídice, Ciudad de México, donde han llegado hijos, nietos y bisnietos. También amigos y políticos, aunque la mayoría llama por teléfono.

En la casa de Luis Echeverría, un recinto de tradiciones mexicanas en su mobiliario, enseres y utensilios, todo resulta ser nacional en raíz profunda.

Se han dispuesto tres mesas para unas 30 personas, en las que la composición, puede decirse, es una obra de arte.

En la cabecera de la mesa principal, un nicho de piedra está ocupado con vasijas de talavera. Hay una foto entrañable: el expresidente Echeverría baila con su esposa, doña María Esther Zuno Arce, quien aparece ataviada con un traje típico, tocado, aretes y collar, a la usanza veracruzana. Son los años del poder presidencial, cuando Echeverría tenía entre 49 y 54 años de edad.

Esta tarde, su esposa, fallecida en 1999, está presente en las conversaciones de la familia, en comentarios sobre la fotografía, y también, por ejemplo, en la estatua de bronce, donde está vestida de tehuana, traje que tanto le gustó y que por su voluntad fue así como la vistieron en sus honras fúnebres.

Doña María Esther Zuno Arce, a quien Echeverría recuerda que conoció de trenzas, sandalias y vestido tradicional, fue una mexicana de pura cepa que tuvo la colección más diversa de muñecas de confección artesanal.

Ese sello de la casa está en la mesa: mantel de papel picado verde, vajilla con ilustraciones de aves y jarras y vasos de vidrio del rústico mexicano. En punto de las 14:30 horas, hijos, nietos y algunos amigos, reciben a Echeverría, el patriarca de los 98 años, en ese salón tipo invernadero, con plantas de flor de Nochebuena y arreglos de flores en las mesas.

Juntos, los integrantes de la familia cantan Las Mañanitas, con aplausos y porras.

Ahí está, el hombre que...

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