Gabriela De la Paz / Un Papa latino
| Autor | Gabriela De la Paz |
La semana pasada el Papa Francisco dio un histórico discurso ante una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos.
Detrás de él se sentaban los máximos representantes del Congreso: el vocero de la Cámara de Representantes, John Boehner, y el Vicepresidente Joe Biden, quien funge como presidente del Senado. Ambos son católicos en un país donde por décadas el catolicismo fue visto con recelo.
Probablemente algunos miembros del Congreso se habrán arrepentido de que Benedicto XVI no tuviera la oportunidad que se le dio a Francisco de ofrecerle este foro. Porque el primero habría dado un discurso mucho más acorde a la Iglesia más conservadora y cercana a la derecha republicana.
Por su parte, Francisco criticó con elegancia la pena de muerte, el matrimonio gay, el aborto, las guerras, la venta de armas al exterior, la elección de la seguridad por encima de la libertad y las restricciones a la inmigración del sur hacia el norte.
Pocos pontífices han abogado tanto por el buen ejercicio de la política como Francisco. Como en repetidas ocasiones ha manifestado, aquí mencionó que "la política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible". Y no es posible imaginar un futuro sin la política, que no puede supeditarse a intereses privados.
En su alocución en Washington afirmó que "la actividad legislativa siempre está basada en la atención al pueblo" y que "toda actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar fundada en el respeto de su dignidad".
Como mucho de lo que se dice en esa tribuna, son palabras que lo mismo valen para los habitantes de esa ciudad, como para el resto del mundo, y no somos la excepción.
Quizás debimos anticipar que este Pontífice sería diferente desde el momento en que escogió el nombre de Francisco para su papado. San Francisco es el patrono de los ecologistas, además de una figura que asociamos con el cuidado de los pobres.
La encíclica "Laudato Si'", que publicó este año sobre el cambio climático, va en sentido contrario con un Congreso que se negó a ratificar los Protocolos de Kyoto y donde muchos congresistas niegan que este fenómeno sea ocasionado por el hombre o que exista de verdad.
Francisco está haciendo lo correcto para la Iglesia y para los tiempos que corren. Es cierto que a una parte de la propia Curia, aquella que estaba más cómoda con Juan Pablo II y Benedicto XVI, le cuesta seguir a este Obispo que habla de inequidad social, que se...
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