Gabriela de la Paz / Ciudadanía de segunda

AutorGabriela de la Paz

Las democracias contemporáneas se basan en la igualdad de sus ciudadanos y ciudadanas ante la ley.

La Declaración de Independencia de Estados Unidos (1776) sostiene que todos los hombres (y mujeres) son creados iguales; la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que surgió de la Revolución Francesa (1789) afirma que "todos los hombres nacen libres e iguales en derechos", y la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) de las Naciones Unidas dice que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos".

En los hechos no ha sido así. En Estados Unidos se practicó la esclavitud y todavía un siglo después de la abolición de ésta se mantenía un sistema de segregación racial.

Hoy las minorías raciales siguen enfrentándose a graves problemas de discriminación y las mujeres también tienen que superar diversos obstáculos por un sistema social basado en el patriarcado.

Las leyes fueron hechas por una sociedad gobernada por hombres. Incluso los más lúcidos de la Revolución Francesa o la Independencia estadounidense eran muy liberales en el papel, pero unos machos en casa.

John Adams tenía una esposa muy inteligente, Abigail, que le escribió que se acordara de las mujeres cuando redactara las leyes para el nuevo país. Le advirtió que todos los hombres pueden ser tiranos si se les deja y le rogó ser más generoso y favorable con las mujeres de lo que habían sido sus ancestros.

Adams se resistió y acusó a las mujeres de ser unas manipuladoras, que en caso de llegar al poder se convertirían en unas déspotas, que si se les permitía rebelarse, lo mismo harían diversos grupos étnicos y habría un caos.

Abigail debió haberse decepcionado mucho de aquel brillante abogado que podía teorizar sobre la libertad y abogar por ella, pero no extenderla a quienes veía como inferiores.

Desgraciadamente, sigue habiendo personas como John Adams, que hacen una distinción entre ciudadanos de primera y de segunda.

El más reciente: el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Todo empezó en un programa de televisión en el que la Ministra de Cultura, Miri Regev, afirmó que una razón para no votar por la coalición Azul y Blanco es que ésta no tendría suficientes votos como para formar un Gobierno de mayoría y tendría que aliarse con partidos formados por árabes israelíes.

La presentadora del programa, Rotem Sela, cuestionó esta respuesta en su cuenta de Instagram y el mismo Netanyahu respondió diciendo que "el Estado de Israel no...

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