Futbol y subjetividad

AutorMarta Lamas

Tajer ve al futbol como "un área social privilegiada de la constitución de la subjetividad masculina", y señala que gran parte de la fascinación masculina por este deporte reside en lo que implica la escena deportiva: "la impredictibilidad, la sorpresa, la ambigüedad entre ganar y perder, la creencia en los espectadores de que su entusiasmo puede cambiar las oportunidades de su equipo, la suposición en los jugadores de que otra cosa acontece cuando son mirados por el público".

Hablar del futbol es muy importante en la vida cotidiana, y Tajer observa que "es uno de los modos en los cuales se expresan el afecto, la pasión y los vínculos". Ella insiste en que aun cuando siempre ha habido mujeres a las que les gusta y apasiona, dicho deporte está marcado por la masculini-dad: hay "una relación entre el futbol y el hacerse hombre y ser hombre". En Argentina se ha constituido como un organizador de la identidad nacional, y forma parte de la genealogía masculina que un padre transmite y lega a su hijo varón. Hoy en día, "cuando se asiste al estallido y reordenamiento de varios de los organizadores instituidos de la vida en la modernidad", la afición por un equipo permite un anclaje identificatorio de gran relevancia frente a la pérdida de otros, como el trabajo o los partidos políticos. "Un varón contemporáneo puede cambiar de mujer, de partido, de jefe y hasta de país, pero nunca de equipo de futbol". Para Tajer se trata del "último refugio generador de pasión y dador de identidad fuerte" que queda, y su afición transmite "una hoja de ruta de la masculinidad".

Para Tajer no es posible hablar de una relación entre el futbol y los hombres sin hacerlo también en relación con las mujeres, por lo que habla de las argentinas y su actitud, tolerante o no, de acompañamiento o no, con esa pasión masculina. Hay algunas a las que les gusta el futbol y otras a las que no. A las primeras Tajer las divide a su vez en dos subgrupos: "las que han ingresado o pugnan por ingresar como actoras directas -jugadoras, árbitros, periodistas, dirigentes y entrenadoras- y las que simplemente son gustadoras del espectáculo, asisten a los partidos o los miran por televisión". En cuanto a aquellas a quienes no les agrada esta práctica, Tajer distingue cuatro grandes subgrupos.

Uno es el de las que se sienten "molestas" por considerarse excluidas de una actividad que -mientras dura el partido-causa todo el interés de su amado. El futbol se vuelve una rival y ellas buscan una...

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