Froylán M. López Narváez / Credos patito

AutorFroylán M. López Narváez

"Simón, al ver que la imposición de manos de los Apóstoles se confería el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo, dadme también a mí ese poder, para que al que imponga las manos reciba al Espíritu Santo". Mas Pedro le dijo: "Perezca tu dinero y tú con él, porque has creído que el don de Dios se compra con dinero." (Hechos 8: 18-20).

Así se lee en la Biblia católica y de allí la noción del tráfico de presuntas influencias y poderes, directos, personales, con rituales exclusivos, con fetiches o talismanes para lograr fuerzas sobrenaturales o divinas. En México, ha tiempo, ha cundido lo que se considera plaga, según personas rigurosas hipercríticas, con conocimiento de causa, presunto o real, para lucrar con la simonía, la compra o la venta de bienes espirituales.

Reforma ha dado nota y precisiones sobre la Iglesia Universal del Reino de Dios, que se ha afamado con el clisé, con el slogan más bien publicitario, de "Pare de Sufrir". Otras personas sienten o fingen agravios, lo mismo porque sostendrán que, en efecto, han conseguido salud, paz espiritual, remedio para sus sufrimientos del corazón o del cuerpo. En nombre de las libertades de conciencia, de credo o de expresión reclaman que se consienta, respete o tolere (indiferencia) los personajes, grupos o corporaciones internacionales que reclutan y recogen miles de individuos y de dólares en nombre de esa taumaturgia.

En la tradición judeocristiana el requerimiento o reclamación, imposición de cuotas fijas (el diezmo, principalmente) para el mantenimiento de templos y sacerdotes se cifra desde tiempos remotos, en el Oriente Próximo. En el Génesis, en Amós y en Samuel, hay referencias puntuales. Ya desde entonces había demandas para que los sacerdotes recibiesen patrocinio estable de los creyentes bajo la pretensión de que la décima parte de lo que se percibía iría a manos de pobres, de desvalidos. Hoy la Iglesia Católica pide a sus feligreses se pongan, no con su cuerno, pues no es la noción santa del caso, pero sí que se pongan en sobres la cuota decimal.

Con sensatez laica, este impuesto eclesiástico no tiene amparo legal en México, aunque hay países, como el español, en donde la Iglesia Católica es hegemónica y oficial en mucho, y se le provee por todos lados.

Han proliferado en la República Mexicana decenas de corporaciones principalmente en el nombre de Cristo, ajenas o antagónicas a la religiosidad católica, que son hermanas o vástagos de confesiones norteamericanas, sus...

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