DESDE LA FRONTERA NORTE / En el Día del Migrante

AutorJorge A. Bustamante

El pasado día 18 fue el Día del Migrante. Ésta fue una dedicación hecha el 4 de diciembre del año 2000, por decisión de la comunidad internacional en el seno de la ONU en Ginebra. El principal "considerando" que motivó el consenso que precedió a esa dedicación fue el de promover la conciencia en los pueblos del mundo, de la importancia de reconocer y respetar los derechos de los migrantes como sujetos de derechos humanos -independientemente de su condición migratoria- de acuerdo con la definición de esos derechos, concertada y plasmada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el seno de la ONU en 1948. Muy lejos está de alcanzarse los ideales que motivaron el consenso entre las naciones logrado aquel 4 de diciembre. Por la lejanía de esos ideales que acusa la realidad de los migrantes de nuestro país y en nuestro país es que vale la pena hacer una reflexión sobre esa realidad a la luz de esos ideales con los cuales el gobierno de México se comprometió y comprometió a todos los mexicanos ante la comunidad internacional. Esos ideales no son sólo una abstracción. Están definidos y aceptados como ley interna de nuestro país al más alto nivel -según lo dispone el artículo 133 de nuestra Constitución-, mediante la ratificación que hizo el Senado de la República en el año de 2003, de la Convención Internacional de la ONU de 1990, sobre la protección de los derechos humanos de todos los trabajadores migratorios y sus familias. Si bien tal ordenamiento internacional no ha sido ratificado por la gran mayoría de los principales países de acogida de los migrantes internacionales -entre ellos Estados Unidos-, nuestro país -mediante la debida ratificación del Senado- sí lo ha hecho. Por lo tanto, nos obliga a todos a respetar ese ordenamiento internacional, tanto como estamos obligados a respetar los respectivos códigos penales de cada entidad federativa, para no hablar de la obligación de cada uno de respetar las disposiciones constitucionales. El hecho es que no lo hacemos. Dejemos por ahora aparte los derechos humanos de los migrantes mexicanos en Estados Unidos -en otra ocasión comentaré el proyecto de reforma migratoria del congresista Luis Gutiérrez hecho público en Estados Unidos la semana pasada-...

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