Fray Luis de Granada y el camino de la perfección

AutorAle, Pedro Salvador
Páginas215-226

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COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO DE MÉXICO

Fray Luis de Granada, con su elocuencia, nos cuenta sobre la verdad, la creación, la evolución, nuestra confusión sobre el progreso técnico y progreso social. Que vivimos cambios, pero los cambios no son forzosos progresos, que es bueno saber oponerse a lo que cambia de manera negativa, ya que el cambio puede ser también una decadencia y una degradación. Ese es el camino que le espera al hombre que no sabe defender los derechos que le corresponden.

Nos dice que el Siglo XXI, debe tener una sociedad que se mueva con los actores que la compongan, que deben sentirse socios de las decisiones tomadas, que ésta será una época en que la sociedad se moverá desde abajo, porque cada quien querrá tener su parte de responsabilidad en la comunidad, por ello hay que darles esperanzas y razones, y ésas tienen como base la educación y la cultura.

Aborda con claridad la meditación, el pensamiento, el desapego, la acción, la moral, la enseñanza, la ética, el pueblo elegido, la conducta, el castigo y las prohibiciones.

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Fray Luis de Granada (1504-1588)

Llamado Luis Sarria, tiene una obra extensísima. Forman su base tres tratados fundamentales: El Libro de la Oración y Meditación, la Guía de Pecadores y la Introducción del Símbolo de la Fe. Las dos primeras obras son de carácter devoto: indican al cristiano el camino de su perfección y los peligros que le acechan. La Introducción al Símbolo de la Fe describe las bellezas del mundo, en páginas bellísimas, y saca como consecuencia de ellas la existencia de Dios.

El estilo de Fray Luis de Granada es oratorio. Sus obras son siempre predicables, imitando el majestuoso estilo ciceroniano.

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En su Guía de Pecadores, usted conmina mediante reglas éticas y morales, base de la cultura grecolatina, a que el hombre encuentre el camino de la virtud. ¿Cree usted que esos preceptos son adecuados a nuestro momento, más allá de lo religioso?

Sin lugar a dudas, los seres humanos fueron hechos a imagen y semejanza del Creador. Son potencialmente idénticos. Él así lo quiso y es gracias a Él que, después de tomar un cuerpo humano, les hace posible reconocer la auténtica identidad y propósito en esta vida. Pues el Señor se revela a sí mismo, revela su conocimiento, a todos los seres humanos que se acercan a Él con un corazón humilde y deseo sincero de conocer la Verdad.

¿Se puede alcanzar el perfeccionamiento o una conducta ética y moral por medio de la meditación?

El término meditación, tal y como se entiende se ref‌iere a ref‌lexión o pensamiento profundo. Sin embargo, yo me ref‌iero también a otro tipo de meditación, a la eliminación total de cualquier tipo de pensamiento, mediante la concentración de la mente en un solo punto, como pasivo observador, sin calif‌icar, enjuiciar ni deducir nada. Se puede observar que todo lo que tiene poder de atraer y absorber nuestra atención nos produce paz y satisfacción, como consecuencia inmediata del acto de concentración mental.

Todo el mundo practica simulacros de meditación de un modo consciente e inconsciente, desde hacer ganchillo hasta contar ovejitas antes de dormirse, desde cantar todo el día mentalmente una misma canción, hasta gritar repetidamente un mismo sonido cuando nos hacemos daño, para evitar, intuitivamente, que nuestra conciencia ponga su atención en la sensación de dolor.

La concentración mental reporta un ahorro de actividad inútil. El agotamiento experimentado al f‌inal de la jornada diaria es debido, en su mayor parte, al gran volumen de actividad mental que desarrollamos, a veces, necesaria, y bastante a menudo innecesaria e involuntaria.

Para producir cualquier pensamiento, para desarrollar cualquier proceso de cálculo o razonamiento, nuestro cerebro consume una cierta cantidad de energía vital, ya que sólo gracias a ella se hace posible el proceso del pensamiento. Tratando de estar tan sólo un minuto, sin pensar absolutamente en nada, se puede comprobar fácilmente qué vano es nuestro esfuerzo por conseguirlo. Por el contrario, muchos pensamientos nos asedian continuamente en diferentes direcciones, sin ningún orden ni control, ajenos a nuestra voluntad y a pesar de no desear producirlos. Esto da idea de cuantos cientos y cientos de pensamientos innecesarios ocupan nuestra mente durante el día, manteniendo nuestro cerebro y sistema nervioso en continuo trabajo y desgaste inútil.

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Aquí es donde la meditación cumple perfectamente su papel. Cuando no tenemos nuestra mente ocupada en resolver algo concreto, necesitamos un punto que tenga poder de absorber nuestra atención y concentrarla ahí, para experimentar paz y relax. De este modo aumentamos nuestra capacidad de rendimiento en nuestro quehacer diario, que en consecuencia deja de ser una tarea desagradable, convirtiéndose en un foco de satisfacción.

¿Para desempeñar un trabajo qué cosas tiene uno que tener en cuenta?

El desapego. Porque el desapego en la acción no es alcanzable mediante la pasiva actividad, así como la virtud no se alcanza sólo por renunciar a ella. Porque el hombre no puede estar inactivo ni por un momento. Todo es impulsado a la acción.

Aquél que se abstiene de la acción, mas no aparta su mente de los placeres de los sentidos, viven en la ilusión y es un falso seguidor del camino espiritual. Pero aquél que mantiene todos sus sentidos bajo control y está libre de apego, se entrega al camino verdadero, y es un hombre de verdad.

Deben hacer su tarea en la vida, porque la acción es superior a la inacción, ni siquiera el cuerpo podría subsistir, si no hubiese actividad en él. En el mundo que viven se han convertido en esclavos de la acción, a menos que la acción se convierta en servicio al prójimo. Por lo mismo deben realizar su acción con sencillez, libres de la esclavitud al deseo.

Así lo hizo saber el Creador cuando hizo al...

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