Francisco Moreno Sánchez / Un año de oscuridad en salud

AutorFrancisco Moreno Sánchez

Los trabajadores de la salud no distinguimos lo privado de lo público, no discriminamos al enfermo. Lo que más queremos es que esto acabe.En diciembre del 2019 el mundo cambió, nadie esperaba ni se imaginaba lo que el futuro nos tenía preparado. Para los trabajadores de salud ha sido un tiempo de impotencia, desgaste y frustración.

Impotencia, cuando sientes que estás dando todo y las personas se siguen contagiando, enfermando y sí, algunos también, falleciendo. Nunca en mis 30 años como médico había tenido tantos pacientes que murieran, nunca se acostumbra uno a perder a alguien que puso su vida en tus manos, nunca dejas de sentir el hueco en el estómago, el dolor en la piel, la angustia en la garganta cuando tienes que explicarle a la familia que día a día va recibiendo las noticias de esa persona, a la que tanto quieren, la que tanto extrañan y que esperan y confían volver a verla de regreso, que eso no va a suceder. Ese momento donde te comunicas para decirles que no se ha logrado, que la lucha ha terminado, es devastador, para los que la reciben, pero también para los que somos portadores de esa noticia que les cambiará la vida.

Desgaste, porque han sido ya 14 meses de recibir mensajes, de ver pacientes, de atender dudas, de hablar con familiares, de dar buenas y malas noticias. Días de estudio e investigación para conocer más acerca de una enfermedad desconocida, entender y aplicar la investigación de otros países en los pacientes mexicanos. Meses de seguir pacientes en su domicilio para evitar la saturación del hospital, pero también sabiendo que la ventana de oportunidad es corta y que cuando requieras esa cama para ese paciente que has estado cuidando, a la mejor ya no estará disponible debido a la gran demanda hospitalaria. Sufrir con la familia la búsqueda de una cama, de esa oportunidad que hará la diferencia porque sí, camas de hospital no han faltado, pero sabemos que se necesitan camas donde esté el personal capacitado para sacar adelante a quien ha confiado en ti. Desgaste físico por las horas de trabajo, desgaste emocional porque en esta pandemia por Covid-19 ha predominado el miedo y la tristeza como las emociones de todos los días, sentirte siempre en estado de alerta máxima.

Miedo a que...

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