Las fórmulas del triángulo amoroso

AutorErnesto Diezmartínez Guzmán

Aunque la cineasta Susanne Bier ya tenía una carrera de cierta importancia en su natal Dinamarca, no fue sino hasta su séptimo largometraje, A corazón abierto (2002), que alcanzaría la atención de la crítica y el público mundiales. Este filme, conocido también como Dogma 28 por seguir con (discutible) fidelidad los lineamientos estilísticos del movimiento Dogma 95 liderado por Lars von Trier, no es más que un desbordado melodrama con triángulo amoroso incluido entre un joven cuadrapléjico, su bellísima novia y el marido de la mujer que atropelló al muchacho hasta dejarlo inválido.

En la siguiente cinta de Bier, Verdades ocultas (2004), el centro argumental lo ocupa otro triángulo amoroso (formado por dos hermanos y la esposa de uno de ellos), aderezado esta vez por las heridas físicas y mentales de la guerra. Y ahora, en Después de la boda (Efter Brylluppet, Dinamarca-Suecia, 2006), su más reciente largometraje, Bier tiene como melodramática trama ooootro triángulo amoroso con tantos giros argumentales que parecen haber salido de algún culebrón televisivo mexicano.

Jacob (el ubicuo Mads Mikkelsen) dirige un orfanato para niños de la calle en Bombay. Enterado que el multimillonario dueño de una compañía transnacional quiere hacer un donativo de varios millones de dólares, Jacob se ve obligado a regresar a su país, Dinamarca, del que salió hace dos décadas por razones que muy pronto conoceremos.

En Copenhage, Jacob se encuentra con Jorgen (el confiable actor sueco Rolf Lassgard), el filántropo millonario que termina invitándolo a la boda de su hija mayor, Anna (Stine Fischer Christensen). En la ceremonia, Jacob se topa con una vieja conocida, Helene (Sidse Babett Knudsen), que es ahora la esposa de Jorgen. Por las miradas que se cruzan y por un discurso que Anna da en la fiesta, entendemos que Jacob y Helene fueron mucho más que meros conocidos. Pero, ¿esto lo sabe el directo, seguro de sí mismo y alegre Jorgen?

Que conste: el párrafo anterior apenas si resume los primeros minutos de la cinta. Este ¿fortuito? encuentro es, de hecho, la primera sorpresa...

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