Felipe Díaz Garza / Las reformas vendidas

AutorFelipe Díaz Garza

Claro que tenemos que reformar el Estado. El mejor argumento a favor de esa reforma es la existencia y operación de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión (CENCA), que "es el órgano rector de la conducción del proceso de la Reforma del Estado en México. Está integrada por los presidentes de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores y de la Cámara de Diputados, los coordinadores de cada Grupo Parlamentario en ambas Cámaras y las Presidencias de las comisiones de Reforma del Estado de las dos Cámaras. En la Comisión Ejecutiva participan representantes del Poder Ejecutivo Federal, así como las presidencias de los partidos políticos nacionales, quienes asisten a las sesiones y reuniones de trabajo con derecho a voz, pero sin derecho a voto. De la misma manera, participa un representante del Poder Judicial de la Federación, exclusivamente en cuanto al tema de la Reforma del Poder Judicial". Así se define la CENCA a sí misma en su página de internet.

En la modernidad de esa misma página, la CENCA nos regresa al pasado burocrático con las fotos, parecería que en sepia, de sus 18 comisionados con voz y voto y sus 10 comisionados que sólo tienen voz, presididos todos ellos por el ya eterno senador Manlio Fabio Beltrones. No caí en la página de la CENCA por vicio, sino empujado por la nota que publicó Reforma el jueves pasado sobre los 80 millones de pesos que nuestros legisladores comisionados se otorgaron, a manera de primer anticipo, por reformar el Estado.

Y digo "se otorgaron" porque los 80 millones de pesos serán gastados, básicamente, en comodidades y "antojitos" (por no decir goodies), en equipamiento de oficinas, en pasajes y viáticos, en computadoras, en vehículos y en salarios para sus docenas de empleados de servicio, lo que incluye un secretario técnico de la honorable CENCA que ganará 120 mil pesos mensuales, y ocho asesores de 65 mil pesos mensuales cada uno.

Lo de "primer anticipo" tiene que ver con que, dado el tiempo que éstos y otros burócratas anteriores a ellos han estado hablando del tema, supongo que la cosa va para largo o para nunca, pues los reformistas ni siquiera han empezado a reformarse a sí mismos, como se echa de ver en la corrupta frescura (valga la antítesis) con la que gastan el dinero del pueblo. El presidente Calderón anda pasando las de Caín para rasguñarnos un poquito o un muchote más de impuestos con la CETU de sus amores cumplidores o con el ISR de sus...

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