La fe de un curita

AutorAlejandro León

La pandemia cambió el destino de Patricia Torres.

La mujer trabajaba como elemento de seguridad privada en una empresa en Avenida Miramontes. Ahí ganaba 2 mil 700 pesos a la quincena. Sin embargo, por el confinamiento fue despedida y tuvo que buscar otro empleo.

Éste lo encontró en el Aeropuerto. Si conseguía un bono de puntualidad, percibía 3 mil 700 pesos quincenales.

De ella dependen sus tres hijos menores de edad y su esposo, quien no puede trabajar porque padece esclerosis lateral amiotrófica.

En Metro Pantitlán, tomaba un camión conocido como "chimeco" que la dejaba en la estación Periférico Oriente, de la Línea 12. De ahí, se trasladaba todos los días hasta la terminal del Metro Tláhuac para dirigirse a su casa, en Chalco.

Patricia, de 35 años, iba en el tren que se desplomó.

Recordó el instante de la tragedia como si el convoy hubiera chocado. Todos los usuarios salieron disparados. Después...

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